Una vida sabia o insensata – Dr. Charles Stanley

En este mensaje, el Dr. Stanley explica la diferencia entre la sabiduría piadosa y la humana. La sabiduría piadosa es la capacidad de ver las circunstancias desde el punto de vista de Dios y responder de acuerdo con los principios de las Sagradas Escrituras. La sabiduría humana es terrenal, natural y demoníaca. Cuando se trata de tomar decisiones sabias y experimentar lo mejor de Dios, obedecerlo es siempre el mejor camino a seguir.

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[música]

locutor: En Contacto, el
ministerio de enseñanza

del Dr. Charles Stanley.

Alcanzamos al mundo con el
evangelio de Jesucristo

por medio de una enseñanza
bíblica solida.

Hoy, en el programa En Contacto,
«Una vida sabia o insensata».

Dr. Charles Stanley: ¿Por qué
una ciudad conocida por su gran

economía, por
tantos años, se arruina?

¿Por qué declaran bancarrota?

Decisiones insensatas,
que vienen desde hace años.

¿Por qué una familia decide
comprar una casa como su hogar

que saben que no pueden
pagar, pero de

todas maneras la compran?

Mala decisión.

¿Por qué alguien se
casaría solo por placer sexual?

Sin pensar en otras cosas.

Mala decisión.

¿Por qué alguien ingiere bebidas
alcohólicas, frente a sus hijos,

desde pequeños,
dejándoles la imagen de

un padre a veces borracho?

Sin pensar en nada en
las consecuencias,

muy malas decisiones.

Al pensar en la clase de vida
que usted lleva, ¿diría que las

decisiones que toma
son sabias o insensatas?

Pienso en quienes nunca
consideran la voluntad de Dios

para sus vidas.

Toman decisiones basadas en lo
que quieren o sienten, lo que

les haga sentir bien o lo
que otros piensen, sin nunca

preguntar: ¿Cuál es
la voluntad de Dios?

Mala e
insensata decisión.

Y podemos pensar en todas las
decisiones que toma la gente.

Por ejemplo, acumulan crédito en
sus tarjetas, al punto que saben

que no pueden pagarlas.

¿Por qué hacen eso?

Malas decisiones.

La gente toma decisiones
insensatas porque excluyen lo

más importante en sus
vidas, y es la sabiduría

de Dios todopoderoso.

¿Qué lugar tiene Dios en
su toma de decisiones?

¿Lo hará solo o será lo
suficientemente sabio para

buscar la sabiduría
de Dios antes

de tomar cualquier decisión?

Entonces, lo diré
así, de antemano.

Antes de tomar cualquier
decisión, siempre debe

preguntarse: ¿Es esto lo
más sabio que puedo hacer?

Siempre hay una respuesta.

¿Es esto lo más
sabio que puedo hacer?

Ya se trata de su matrimonio o
algo de sus finanzas, su salud,

o lo que sea.

¿Es esto lo más
sabio que puedo hacer?

Siempre está la pregunta
correcta, sea algo importante o

no: ¿Es esto lo más
sabio que puedo hacer?

Quizás alguien diga: «Pues
no sé qué es sabiduría».

A eso vamos.

Pero una vida sabia
es la mejor vida.

La sabiduría es un don de Dios.

Una vida insensata es un estilo
de vida que sale muy caro en

todos los aspectos.

Y al ir a este pasaje bíblico
en un momento, lo que vemos que

hace Pablo es hablar a la gente
de su época, esos corintios,

griegos, pensaban que eran los
más sabios del mundo y quizás lo

eran, en muchas formas.

Eran sabios,
humanamente hablando.

Pero hay una diferencia entre la
sabiduría humana y la de Dios.

Así que le invito a buscar
1 Corintios 3, y deseo que

comencemos en el versículo 19.

Aquí hay varios versículos que
deseo que consideremos aquí.

Pero quiero que siga
preguntándose en su mente, en

cuanto a las decisiones que
tiene por delante hoy, al llegar

a casa, o quizás mañana,
esta semana o las siguientes,

decisiones que debe tomar.

¿Serán decisiones
sabias o insensatas?

Escuche lo que dice el capítulo
3, desde el versículo 19, note

lo que dice: «Porque la
sabiduría de este mundo es

insensatez para con Dios–
Vea esto: «la sabiduría de este

mundo es
insensatez para con Dios».

La manera de pensar
del mundo, sin Dios.

«pues escrito está: ‘El
prende a los sabios

en la astucia de ellos'».

No se saldrá con la suya.

Hay consecuencias.

«Y otra vez: El Señor conoce
los pensamientos

de los sabios, que son vanos».

Dice que son vanos,
toman decisiones insensatas.

«Así que, ninguno se gloríe
en los hombres; porque todo es

vuestro–Entonces compara a
Pablo y a Apolos, diciendo: «sea

Pablo, sea Apolos, sea Cefas,
sea el mundo, sea la vida, sea

la muerte, sea lo presente, sea
lo por venir, todo es vuestro».

Trataban de comparar a
los predicadores etcétera.

Luego dice, y vea este
versículo: «y vosotros de

Cristo, y Cristo de Dios».

Al pensar en varios versículos
en particular, que son

impactantes y
muy significativos,

éste encabeza la lista.

Escuche: «Y ustedes pertenecen
a Cristo y Cristo pertenece a

Dios»– Por tanto, si
pertenecemos a Cristo,

pertenecemos a Dios.

Y le pregunto: ¿A
quién pertenece usted?

O pertenece a
Dios, mediante Cristo,

o pertenece al diablo,
uno de los dos.

Algunos dirán: «No
creo en el diablo».

Una creencia insensata.

Entonces, con eso en mente,
deseo que veamos este tema de

estilos de vida sabio e
insensato y cómo

la gente lo vive.

Y la Biblia hace
una distinción aquí.

Veamos un momento la vida sabia.

Escuche.

Primero definamos ¿qué
significa la sabiduría genuina?

La sabiduría que viene de Dios,
la real, es ver las cosas desde

el punto de vista de Dios.

¿Cómo las ve Él?

Y reaccionar a ellas
conforme a lo que enseña

la Palabra de Dios.

Para ver las cosas desde
la perspectiva de Dios,

¿dónde la encontraré?

La encontraré en
la Palabra de Dios.

Entonces si alguien dice: «No
tengo tiempo para la Biblia».

Lo que dice es: «Decido
vivir una vida bien insensata».

«Tomaré decisiones insensatas
en la vida».

«Sufriré las consecuencias
que nunca había imaginado».

Si se cree tan listo como para
vivir una vida feliz, pacífica o

exitosamente, como sea, alejada
de las enseñanzas bíblicas, se

está engañando.

Es necedad.

No puede.

Y la Biblia lo enseña, en todas
las Escrituras, con ejemplos

difíciles de olvidar.

Piense en eso.

Es ver las cosas desde la
perspectiva de Dios y conforme a

eso, responder adecuadamente.

Al enfrentar una
decisión, ¿cuál es la pregunta?

La pregunta es ¿qué es lo
más sensato que puedo hacer?

Y para descubrir eso, debo
volverme hacia la fuente de toda

sabiduría que es
Dios todopoderoso.

Dejar a Dios de lado es
insensato, devastador.

Solo un necio oye la Palabra
de Dios y se aparta cierra su

mente, dice: «No quiero eso».

Porque no está pensando
sabia sino insensatamente.

Cuando nos encontramos este
pasaje y con eso en mente,

pensamos que Dios
es omnisciente.

Lo conoce todo.

Conoce el ayer, el
hoy y el mañana.

Sabe perfectamente lo que
pasó ayer–y nosotros no.

Solo sabemos lo que
saben los humanos.

Dios tiene total y
absoluto conocimiento infinito

de cada cosa.

Nunca se atrasa, pues conoce el
pasado, el presente y futuro.

Nada lo sobresalta o sorprende.

Lo sabe todo antes,
durante y después.

Entonces, lo más sensato es
consultarle a quien todo lo sabe

y nunca dirá: «Oh, lo olvidé».

«Oh, no lo había pensado».

Se preguntará por qué ellos
pasaron por este problema,

dolor, tragedia.

No, no sin que Dios lo supiera.

No sin el plan de Dios.

Y lo que Dios permite rebasa
mi entendimiento,

pero eso es conocimiento.

Que no va más allá de
la sabiduría,

conocimiento y plan de Dios.

La necedad del
mundo es solo necedad

porque creen saber que cuando
solo Dios lo sabe.

Por eso los
creyentes somos apartados.

Somos parte del
Cuerpo de Cristo.

Somos apartados por Dios
mediante su Hijo, ¿para qué?

Para permitirle vivir
por medio de nosotros.

Somos–mire–los hijos del Dios
viviente, cuyos nombres están

escritos en el Libro de vida.

Estamos eternamente seguros en
Él y lo tenemos como nuestra

guía cada día podemos
preguntarle sobre cualquier

decisión que debamos tomar
y Él nos dará dirección.

Pero si no le conoce si usted
piensa, mucha atención, y lo

digo no porque sea sabelotodo,
no es que sea crítico,

sino que es la verdad.

Solo por eso estoy
aquí, para decir la verdad.

Si vive en desobediencia a
Dios, le está diciendo:

«No necesito omnisciencia.

«No necesito omnipotencia.

«No necesito omnipresencia.

Yo puedo con esto».

En este mundo loco, vil
y pecaminoso esta es una

conclusión necia, e insensata.

Todos necesitamos a Dios.

Todos lo necesitamos a diario.

Y cuando veo lo que dice Pablo
en este pasaje en particular,

dice: «…la sabiduría de este
mundo es insensatez

para con Dios».

Porque si tomamos un grano de
arena y lo ponemos con la arena

de todas las playas del mundo,
ese pequeño grano, en las vastas

playas del mundo, pudiera ser
igual a nuestro conocimiento y

sabiduría–lejos de Dios.

No lo tenemos, no lo tenemos.

Si no lo cree, observe la
sociedad en la que vivimos.

Que es lo que nos
está sucediendo cada día.

Se levanta en la
mañana y escucha esto.

A la siguiente
mañana, escucha aquello.

Y le pregunto, ¿cuándo fue la
última vez que vio la tele o

leyó el periódico?

Y ¿o escuchó lo que está
pasando?, y dijo: «Al fin ha

llegado un gran día».

No.

No fue así.

¿Qué hace un creyente?

¿Deberíamos estar preocupados,
frustrados, ansiosos y

temerosos, yéndonos a dormir
pensando en lo que pasará?

No.
Sabemos lo que pasará.

Mire estamos durmiendo en la
presencia del Dios todopoderoso,

que nunca duerme; que tiene todo
el poder, todo el conocimiento,

de la más mínima cosa.

Mire, somos sus Hijos.

Sería insensato vivir apartados
de Dios, quien ha hecho posible

que tengamos todo lo sabio
que necesitamos

en Cristo Jesús para vivir.

Entonces, la razón humana falla.

Se necesita sabiduría
divina para vivir como realmente

deseamos internamente y cuando
vivimos sensatamente, buscamos

su guía en cada cosa.

Y piense en esto.

Las personas que son
espiritualmente sabias–que son

espiritualmente sensatas, podrán
ver cosas que los ojos de otros

no pueden ver, podrán
escuchar lo que los oídos

de otras personas no oyen.

Es por eso que alguien
puede decirle algo persuasiva o

arrogantemente, y usted es un
hijo de Dios que camina en su

Espíritu, ¿y sabe que dicen?

Envían 2 mensajes.

Uno es lo que usted escuchó.

Otro lo que realmente dijeron.

Y hay mucha diferencia.

Los hijos de Dios que andan
sensatamente son quienes, mire,

tienen la sabiduría de
Dios porque ese es su deseo y

voluntad para nuestra vida pero
lo ignoramos y nos metemos en

problemas y pensamos:
«Oh Dios ¿Dónde estás?»

Y Él ha estado aquí desde
siempre No lo escuchaba.

Escuchaba a otra gente.

Decidió hacer lo que
usted quería y no lo

que Dios sabía era lo mejor.

Si vivimos sensatamente,
viviremos de cierto modo,

¿y cuál es?

En esencia, para hacerlo
más sencillo, cuando vivimos

sabiamente, podremos
pasar por los valles

más oscuros de la vida.

Caminaremos por sendas que
creíamos que

serían imposible de caminar.

Podremos pasar por situaciones,
circunstancias y aflicciones que

nunca pensaríamos que
podríamos soportar.

Pero si andamos
sabiamente, pasa esto.

Dios dice: «Este es el siguiente
paso»,

«y este es el próximo

paso, y este es el
próximo y este el próximo».

¿Sabe por qué no nos
cuenta toda la historia?

Porque ni siquiera
la entenderíamos.

No podríamos entender
adónde nos lleva Dios.

Y ¿qué hace Él?

Paso a paso.

Le preguntamos: «¿Señor,
qué decisión debo tomar?».

Ese es el paso.

«¿Qué debo hacer?».

Y verá si decidimos hacerlo
nosotros mismos, araremos en la

dificultad y el dolor.

Y cometeríamos errores.

Recuerde que Dios nos ama y
nos mantendrá en el camino.

Nos ama tanto como para mantener
nuestros ojos en lo que es

verdadero y genuino.

Pero hay otro tipo de vida.

Hay gente que
vive insensatamente.

Deseo que se fije en
lo que dice Santiago.

En Santiago y deseo que se fije
en este pasaje en el capítulo 3

versículo 13, él preguntaba
algo similar a lo que preguntaba

Pablo: «¿Quién es sabio y
entendido entre vosotros?

Muestre por la buena conducta
sus obras en sabia mansedumbre.

Pero si tenéis celos amargos y
contención en vuestro corazón,

no os jactéis, ni mintáis contra
la verdad; porque esta sabiduría

no es la que desciende
de lo alto,

sino terrenal,
animal, diabólica».

Ahora deseo que piense
en esto por un momento.

Hay 2 tipos de sabiduría–Está
la sabiduría de Dios

y la sabiduría que viene del

hombre–Y deseo
que vea cómo las describe.

Dice, esta sabiduría la describe
de la siguiente manera: Es

terrenal, animal, diabólica.

¿Qué quiere decir con eso?

Ahora, ¿con terrenal?

limitada a lo que el hombre
hace, limitada al raciocinio del

hombre, su pensamiento,
intentos, logros en la vida.

Eso muestra lo limitada que es.

¿Qué tan astuto
es el hombre hoy?

Podemos inventar cosas, ir a la
luna, esto y lo otro, pero no

nos llevamos bien
los unos a los otros.

Estas son las cosas que
pueden crear la sabiduría y

conocimiento humanos sin Dios.

No podemos hacer nada sin Dios.

Es terrenal.

Esa es una parte
de la sabiduría.

Y segundo, dice: es
animal o natural.

Todos tenemos instintos
animales en nosotros.

Esa es la parte nuestra que
no quiere obedecer a Dios.

Esa parte nuestra
sujeta a tentaciones.

Esa parte nuestra que sigue
nuestros deseos y sentidos.

Quizás no lo acepte, pero todos
tenemos instintos animales.

Algunos lo llaman
naturaleza pecaminosa.

Llámelo como quiera
pero todos la tenemos.

A los que andan insensatamente,
su sabiduría terrenal no los

llevará a ninguna parte.

Segundo, es animal
o natural, sensual.

Está relacionado con nuestra
naturaleza pecaminosa y si lee 1

Corintios capítulo 2, versículo
14, dice: «Pero el hombre

natural no percibe las cosas que
son del Espíritu de Dios, porque

para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de

discernir espiritualmente».

Cuando entramos en una discusión
con alguien que no cree como

nosotros en Jesucristo, en
Dios ni en su divinidad, y le

preguntamos: «¿Por
qué no puedes creerlo?».

¿Y sabe por qué no pueden?

Porque Dios dice que no podrán
Separados del Espíritu Dios no

podrán entender las cosas de
Dios, conocimiento humano.

Es terrenal, limitado.

Segundo, es animal o
natural, por lo tanto corrupta.

Y él menciona, por ejemplo,
mire esto, que es diabólica.

Su fundamento es
el propio Satanás.

Vayamos a Génesis capítulo 3.

Todo era absolutamente perfecto,
y Satanás convenció a Eva: Ella

creyó una mentira y
mire las consecuencias.

Hay mucha gente hoy, quizás
usted sea uno, que ha creído en

las mentiras del diablo.

Lo ha escuchado decirle:
«No necesitas a Dios».

«Los de la iglesia son débiles».

«Tú puedes solo».

«Eres listo para
arreglártelas solo.

Tienes posición,
dinero, intelecto, talento».

«No necesitas para
nada esa religión».

Escríbalo.

Esa es la voz del diablo.

La Palabra de Dios
la llama diabólica.

Tiene que ver con su
instinto animal y terrenal.

Si escucha las mentiras de
Satanás, él siempre le dirá:

«Esto es lo más fácil» Lo
importante es preguntarse: «¿Qué

es lo más sabio
que deba hacer?».

Cuando sus hijos le buscan y
le preguntan: «¿Qué debo hacer

sobre esto o lo otro?».

¿Qué les responde?

«Bueno, déjame pensarlo».

O les dice: No.

«Bueno, ¿Por qué no?».
«Porque yo lo dije».

¿Por qué no les dice: «He estado
pensando en eso «y concluyo que

no es la decisión más sabia»?

Debemos instruir a nuestros
hijos a preguntarse esto: «¿Qué

sería lo más sabio hacer?».

No: «¿Qué es lo que
hace todo el mundo?».

¿Qué sería lo más sabio hacer?

En otras palabras, ¿Qué ve Dios?

Con base en su omnisciencia de
saberlo todo omnipotencia, todo

el poder omnipresencia, Él está
en el medio de todo lo que usted

enfrenta en la vida.

La pregunta es: ¿Qué
sería lo más sabio hacer?

«¿Qué es lo más
sabio que debo hacer?».

Escuche, a veces lo más sabio
que hemos de hacer, nadie estará

de acuerdo con eso.

Pero, ¿sabe?

Recuerde, todo su conocimiento
junto no iguala la sabiduría de

Dios.

Nunca nos equivocamos.

Nunca podemos
equivocarnos obedeciendo a Dios.

¡Nunca!

¡Nunca!

Así que solo porque no lo
entienda no significa que no

esté bien.

La sabiduría de Dios, quien
tiene toda sabiduría, todo lo

sabe de todos, podría pasar el
resto de la tarde contándole,

dándole ejemplos que me pasan
por la mente de las veces que

obedecí a Dios y
las veces que no.

Y todo vuelve a esto: ¿Qué es lo
más sabio que debo hacer?

¿Puede darme una
mejor pregunta que esa?

No.

Porque ahí está
Dios todopoderoso.

Entonces, lo que Él hace es
mostrarnos aquí en este pasaje

bíblico, en Santiago,
la diferencia es ésta.

Vea este capítulo 3.

Dice en el versículo
13: «¿Quién es sabio

y entendido entre vosotros?

Muestre por la buena conducta
sus obras en sabia mansedumbre.

Pero si tenéis celos amargos y
contención en vuestro corazón,

no os jactéis, ni
mintáis contra la verdad».

Vea eso.

Este es un grupo de
personas que creen ser sabias.

«porque esta sabiduría no es la
que desciende de lo alto, sino

terrenal, animal, diabólica».

Y vivimos rodeados de personas,
compañeros de trabajo, que eso

es cierto de ellos.

Piensan que tienen la
respuesta correcta.

Excluyen a Dios, y en su
arrogancia, tratan de probar por

qué tienen la razón.

Ahora, quizás tengan posición,
talento, destreza, intelecto,

tal vez tengan todo eso.

¿Por eso son más
sabios que usted?

No.

Quizás sean inteligentes en
muchos aspectos, pero quien

excluye a Dios de su
vida, no es sabio.

Eso es diabólico, y entra en la
categoría de una vida terrenal,

natural y diabólica.

Véalo, celos, ambición personal.

Y note lo que dice un poco
más adelante, dice: «Pero la

sabiduría que es de lo
alto es

primeramente–
escuche esto–pura».

Mire, la sabiduría de Dios
es pura, o sea,

perfecta en lo absoluto.

¿Escuchó?

Es sabiduría perfecta en todo.

Es «…pura, y pacífica».

Su sabiduría trae paz.

«amable».

No tiene nada hostil.

«benigna».

Benigna, mire, desde el
punto de vista de Dios.

«llena de misericordia y de
buenos frutos, sin incertidumbre

ni hipocresía».

¡Así es la sabiduría de Dios!

Mire, ¿no está de acuerdo
en que es insensato

escoger otra opción?

Vea este pasaje: «la
sabiduría que es de lo alto».

«pura, después pacífica, amable,
benigna, llena de misericordia y

de buenos frutos, sin
incertidumbre ni hipocresía».

Esa es la clase de
vida que queremos.

¿Amén?

Ahora, vea qué dice: «celos y
contención, perturbación y toda

obra perversa».

Solo 2 opciones en la vida.

Puede vivir sabiamente,
o vivir insensatamente.

¿Puedo decir algo?

Ya usted lo decidió.

Donde sea que esté, anda en la
senda de los sabios, o anda en

la senda de los insensatos.

Cambie de senda, si
anda insensatamente.

Mire, no es tan sabio.

Quizás crea
serlo, pero no lo es.

Sin Dios todopoderoso, mediante
la persona salvadora de Cristo,

quien perdona y limpia nuestro
pecado, escribe nuestro nombre

en el Libro de vida, tiene un
plan para nosotros, y vive en

nosotros mediante su Espíritu
Santo, Él nos dará sabiduría en

cada decisión que
tomemos en la vida.

No hay otra forma de vivir.

Puede confiar en Él.

Dios no cambiará
para usted en nada.

Tiene 2 opciones para vivir,
sabiamente, en obediencia a

Dios, viviendo en sabiduría.

O vivir insensatamente,
convenciendo a muchos, haciendo

mucho, yendo a muchas
partes, teniendo

muchas cosas, y luego morirá.

Y mi amigo, en sus últimos
segundos de vida, tengo el

presentimiento de que
deseará haber escuchado.

Lo más trágico que puede
hacer es morir sin Cristo.

¿Sabe por qué?

Porque las
consecuencias son eternas.

Quizás no sea la mejor
vida la del creyente.

Quizás no tenga mucho.

Tal vez no tenga títulos con
su nombre, tal vez no tenga

notoriedad, la mayoría no le
conoce, su nombre no está en la

prensa, TV, etcétera,
pero vive para Dios.

Ha andado en obediencia ante Él.

Mire, los valores de
Dios no son los del hombre.

Lo que Él considera maravilloso
no es lo que el mundo piensa.

Así que puede decidir.

¿Vivirá usted sabiamente?

¿O vivirá insensatamente?

Es sabio si escoge a
Cristo y su senda de vida.

Esa es mi oración por usted.

Padre, cuanto agradecemos que lo
hayas hecho sencillo, y sabemos

que nos amaste tanto que
enviaste a Jesús a morir por

nosotros y pagar
nuestra deuda de pecado.

Debes tener un gran
amor por nosotros.

Así que queremos ser
obedientes, porque somos quienes

nos beneficiaremos
de tantas formas.

Te pido que toda persona que
escuche este mensaje, piense,

piense sinceramente, y vea que
solo ha escuchado la verdad.

«Está establecido para los
hombres que mueran una vez, y

después de esto el juicio».

Pero todo pecado puedes
perdonar, si te pedimos, creemos

y confiamos.

Te amamos, buen Padre, Gracias
por el gran don de tu gracia

para con nosotros, en
el nombre de Jesús, amén.

[música]