Manifestaciones de la bondad de Dios – Dr. Charles Stanley

Nuestra comprensión de Dios influye en nuestra relación con Él. Mientras piensa en todos sus atributos, considere la gracia ilimitada de nuestro Padre celestial. En este mensaje, el Dr. Stanley habla del privilegio de conocer y experimentar la bondad amorosa del Padre, y cómo esto puede cambiar por completo nuestra vida.

Comience su día con

el devocional gratuito

En Contacto.

¡Suscríbase hoy mismo!

[música]

locutor: En Contacto
con el Dr. Charles Stanley,

alcanzamos al mundo
con el evangelio de Jesucristo

por medio de una enseñanza
bíblica sólida.

Hoy en el programa En contacto,

«Manifestaciones
de la bondad de Dios».

Dr. Charles Stanley: ¿Cuánto le
importa su perspectiva de Dios?

¿Le importa lo suficiente para
saber bien lo que cree, al menos

hasta cierto punto, sobre
algunos aspectos de Dios?

¿Le importa lo suficiente como
para compartirla

con alguien más?

¿Le importa lo suficiente que
procura desarrollar su

entendimiento y su conocimiento
de manera que le permita

relacionarse con el Dios a quien
sirve?

La verdad es que esto afecta
todo aspecto de nuestra vida.

Nuestra visión de Dios es la que
finalmente fortalecerá nuestra

fe, o nos causará gran
incertidumbre; además nos dará

valentía o hará que terminaremos
con muchos temores; y

directamente causará que
queramos obedecer a Dios, o que

nos revelemos contra Él; así
mismo permite que busquemos su

voluntad, o que actuemos a
nuestro modo.

O bien causará que nos
acerquemos más a Dios,

o que nos separemos
claramente de Él.

Su visión de Dios es el mayor
concepto de su vida.

La perspectiva más importante
que tendrá en toda su vida es la

visión de Dios, y por esa razón,
dedicamos tiempo a abrir la

Palabra de Dios para ver qué nos
quiere decir acerca de sí mismo.

Porque mucha gente tiene muchas
ideas sobre Dios, pero

¿qué dice Dios de sí mismo?

Y el mejor lugar para
descubrirlo es en su Palabra.

Así que, deseo que vayamos al
Salmo 118; y el primer versículo

de este salmo 118 es igual al
primer versículo del Salmo 106 y

del Salmo 107 y del Salmo 118.

Todos ellos dicen lo mismo:
«Alabad a Jehová, porque él es

bueno; Porque para siempre es su
misericordia».

Y al pensar en todos los
atributos de Dios, al considerar

su grandeza, quién es Él y cómo
actúa, quisiera que pensemos en

el privilegio de conocer la
bondad de Dios: El privilegio

de conocer la bondad de Dios.

Ahora, al pensar en Dios, la
mayoría de la gente no piensa en

que solo es bueno; piensan en el
hecho de que Dios es justo,

omnisciente, omnipresente y todo
lo demás, pero la verdad

es que Dios es bueno.

Y cuando pensamos en lo que dice
la Biblia concretamente al

hablar de su bondad, esto es sin
duda, hay algo en cuanto a Dios

y es que Él desea ser
benevolente con nosotros, algo

en su carácter y en su persona.

Él desea ser bueno; desea
mostrarnos solamente buenas

cosas, quiere hacer cosas buenas
por nosotros, quiere revelarnos

las mejores cosas de la vida.

Hay algo en su propia naturaleza
y, cuando vemos su naturaleza,

recordamos que Dios es infinito
en todos sus atributos, que es

eterno en todos sus atributos,
que siempre ha sido bueno.

Dios es bueno ahora y siempre
será bueno; y ya que es infinita

y eternamente bueno, todo lo que
Dios hace es bueno.

Ahora, quizás veamos algunos
aspectos de la vida y digamos:

«Pues esto no tiene nada
de bueno;

aquello no tiene nada de bueno».

Pero no dije que todo lo que
pasa sea bueno; dije que Dios

siempre muestra el bien y todo
lo que hace siempre es bueno

porque Él es así por naturaleza.

La manera en que actuamos, la
manera en cómo le respondemos,

quizás cause ciertas cosas en
nuestra vida que no nos parecen

nada buenas; pero Dios es un
Dios bueno y busca hacer el bien

en la vida de toda persona.

De hecho, dice que toda buena
dádiva que nos viene, todo lo

bueno que nos sucede en la vida,
es resultado de su bondad, en

Santiago 1 dice: «en el cual no
hay mudanza, ni sombra de

variación» y dice que «Toda
buena dádiva y todo don perfecto

desciende de lo alto, del Padre
de las luces».

Él es el Padre del cielo y todo
lo bueno viene de Él.

Entonces cuando pensamos en
Dios, hay que pensar desde el

punto de vista de que es bueno.

Una de las cosas que tenemos que
grabarnos en la mente es que no

solo es grandioso no solo es
omnipotente, justo y santo, sino

que Dios también es bueno.

Él desea ser benevolente, desea
expresarnos esa bondad a todos

nosotros de muchas y diferentes
maneras.

Quizás alguien diga: «Bueno, sí
entiendo eso, pero algo que

siempre me ha molestado es que
veo que Dios es bueno con esta

persona, aquella persona y
esta otra, pero no creo

que sea muy bueno conmigo».

Ahora, lo que quiere decir es
que está viendo la manera cómo

Dios expresa su bondad a este
grupo de personas, a esta y a

aquella y no se la ha mostrado a
usted del mismo modo.

Por lo tanto, le parece que con
usted se ha quedado corto, bueno

Él jamás se queda corto, es
decir, Dios, escuche, Dios no es

«bueno» y «menos bueno», ni ama
más y menos; Dios es bueno por

naturaleza, es su propio
carácter ser bueno, y dice que

es bueno para con todos.

Ahora bien, hay ciertos
requisitos particulares, por

ejemplo, que Dios nos da a todos
por igual, y quisiera que me

acompañe un momento y busquemos
el Salmo 84 por un momento,

veamos el Salmo 84, mire lo que
dice claramente en este pasaje

porque Dios es bueno, no hay
duda al respecto, pero existen

ciertos requisitos para que Dios
nos exprese a plenitud

su bondad a todos nosotros.

Dice el versículo 11: «Porque
sol y escudo es Jehová Dios;

Gracia y gloria dará Jehová.

No quitará el bien a los
que–escuche–a los que andan en

integridad»–son correctos,
obedecen a Dios–Volvamos por

favor al Salmo 34 por un
momento.

Salmo 34, y escuche lo que dice
en este pasaje de la Biblia.

Dice el versículo 8: «Gustad, y
ved que es bueno Jehová; Dichoso

el hombre que confía en él.

Temed a Jehová, vosotros sus
santos, Pues–escuche–

pues nada falta a los que le
temen».

Temer a Dios es obedecerlo; así
que, dice: Dios «no quitará el

bien a ninguno de todos los que
andan en integridad», quienes le

obedecen, quienes andan en
su voluntad,

dice que Dios derrama su bondad.

Y ¿no dice en Romanos 8.28:
«…a los que aman a Dios, todas

las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su

propósito son llamados»?

Entonces, la verdad es que Dios
es bueno para con nosotros; y si

queremos recibir su bondad
plena, actuemos con rectitud.

Si queremos su bondad plena,
obedezcámosle.

Entonces, Dios tiene una senda
de bondad, y esa senda requiere

que andemos en obediencia a Él,
sumisos a Él, rendidos a Él; y

en toda esa senda la bondad que
Dios nos ha provisto está

disponible para nosotros.

Salirme de la senda, hacer eso
es como decir: «Creo que hay un

camino mejor que el de Dios.

Creo que hay algo bueno por aquí
que Dios no me permite, algo

bueno de lo que Dios me está
privando».

Y así me salgo de lo que parece
ser su voluntad porque creo que

hay algo bueno por aquí».

Exactamente eso hicieron Adán y
Eva.

Así que la senda de bondad es la
senda de obediencia e integridad

ante Dios Todopoderoso.

Ahora, al pensar en la bondad de
Dios–y he enfatizado todo esto

porque deseo cambiar por
completo de dirección–solemos

pensar que, si Dios es bueno,
nos dará auto nuevo, casa nueva,

vestido nuevo, esto
nuevo, nueva carrera,

más de esto, más de aquello;
o sea,

todo eso es la bondad de Dios.

Dios, le ayuda a perder o ganar
peso, le ayudará a lucir mejor,

le ayuda en todo.

O sea, si Dios es bueno, todo
esto es la bondad de Dios.

¿Sabe algo?

No cuestionaría si eso es bueno
o no porque todo lo bueno que

nos viene es de Dios.

Él es bueno.

Lo que deseo hacer es hablar de
algunas manifestaciones de la

bondad de Dios que están
totalmente fuera de nuestro

poder y nuestro alcance, como
que usted y yo pudiéramos

hacer algo al respecto.

La bondad de Dios se
expresa de más formas

que lo material y lo físico.

Escuche, lo mejor de la bondad
de Dios se expresa de maneras

que solo Dios puede expresarla.

Hay dones de su bondad que solo
pueden ser de Dios Todopoderoso.

No hay manipulación alguna, ni
nada que podríamos hacer y que

jamás los obtendríamos.

Así que quisiera que pensemos en
3 aspectos, 3 manifestaciones de

la bondad de Dios hacia
nosotros, con las cuales no

podemos hacer nada, ni siquiera
recibirlas, sin que Dios nos las

dé; y, sin duda, lo ha hecho,
y todo esto está

en la senda de su bondad.

Una de las maneras en que Dios
muestra su bondad

es en su Misericordia.

Una expresión de la bondad de
Dios es su misericordia.

Ahora, hay ciertas cosas
significativas de la

misericordia de Dios que deseo
que pensemos porque generalmente

al pensar en la misericordia de
Dios, solemos pensar

en cuanto a la salvación.

Pero recuerde esto, que cuando
la Biblia habla de misericordia,

suele referirse habla del
cuidado bondadoso, tierno,

compasivo y amoroso de Dios para
con las personas que sufren,

para con las que están
necesitadas o angustiadas.

Usted recordará, por ejemplo, el
capítulo 4 de Hebreos.

Quizás la mayoría lo conozca,
pero otros tal vez no.

Si tiene su Biblia, lo invito a
buscar el capítulo 4 de Hebreos.

Veamos un par de versículos que
son muy importantes, porque nos

recuerdan cuán bondadoso es Él.

Dice en el versículo 15: «Porque
no tenemos un sumo sacerdote–

refiriéndose al Señor Jesús–
que no pueda compadecerse de

nuestras debilidades».

Pero tenemos uno que sí, «sino
uno que fue tentado en todo

según nuestra semejanza, pero
sin pecado.

Acerquémonos, pues–a
Él–confiadamente, con

seguridad, al trono de la
gracia, para alcanzar ¿qué?

«misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro».

Dice que el trono de gracia es
donde hallamos misericordia,

hallamos su cuidado tierno,
amoroso y compasivo,

dice, él dice, en
el trono de Dios.

Allí es donde encontramos
misericordia.

Y también pienso que cuando
consideramos la misericordia de

Dios, siempre hay que conectarla
con la paciencia de Dios.

Vayamos un momento a 2
Pedro capítulo 3,

veamos el versículo 9, y vea

lo que dice 2 Pedro capítulo 3,
versículo 9.

Aquí nos hace una advertencia a
todos y dice, por ejemplo, en el

versículo 9: «El Señor no
retarda su promesa»–no está

atrasado–«según algunos la
tienen por tardanza, sino que es

paciente–escuche–«es
paciente para con nosotros, no

queriendo que ninguno
perezca, sino que

todos procedan al
arrepentimiento».

Al pensar en la misericordia de
Dios, considero a pienso en la

gente que, por ejemplo, aceptan
a Cristo a una edad avanzada.

Quizás habían sido alcohólicos o
tal vez drogadictos, y habían

hecho toda clase de cosas malas,
viles, malvadas y se ven a sí

mismos y dicen: «¿Cómo
es posible que Dios

pueda salvarme a mí?»

Escuche, quizás usted piense
igual y diga: «Bueno, he vivido

gran parte de mi vida
en rebeldía a Dios,

he hecho esto y
hecho aquello…».

Podría hacer una lista de los
pecados que, en este momento de

su vida, para usted son
catastróficos, y dice: «¿Cómo

podría Dios, siendo tan bueno,
ser misericordioso conmigo?»

Porque, escuche, porque usted
dice de sí mismo: «No hay nada

bueno en mí, todo en mi es malo,
¿cómo podría Dios

ser misericordioso conmigo?»

Porque su naturaleza es
ser misericordioso

con gente como usted…

y como yo; es su naturaleza.

Si busca algo en usted que
requiera o demande o merezca

misericordia, nunca lo hallará;
y la verdad es que hay que

humillarse ante Dios y reconocer
que no hay siquiera uno que la

merezca, no importa lo que haya
hecho ni cuán bien haya vivido.

No existe ni uno de nosotros que
tenga algo en sí que merezca la

misericordia, la compasión, el
amor, la bondad y la ternura del

Dios Todopoderoso, ¡ninguno de
nosotros!

Una de las expresiones de su
bondad es cómo Dios, en toda su

bondad, en todo su amor, en todo
su cuidado y en toda su

compasión por nosotros,
su misericordia

nos muestra su bondad.

Bien, permítame decir algo y
escuche con mucha atención: La

misericordia de Dios nunca cesa.

Escuche bien, su misericordia
nunca cesa, pero si usted decide

desobedecerlo, no obedecer a
Dios, y se rebela contra Dios,

rechaza a Dios, y niega a Dios y
muere en sus pecados, Dios no

dejará de ser misericordioso.

Escuche, Dios no deja de ser
misericordioso, porque esa es su

naturaleza, pero Dios, en toda
su soberanía, le permitirá morir

sin Cristo, quedar separado
de Él por la eternidad,

y como resultado, ya no tendrá
misericordia.

Quizás diga: «Pensé que Dios era
misericordioso siempre».

Lo es, en su naturaleza lo es
eternamente.

¿Expresa su misericordia
eternamente en la vida de

alguien que lo ha rechazado
por completo, negado,

maldecido, y se ha
rebelado contra Él?

No, no es así.

¿Ha dejado de ser
misericordioso?

No deja de ser misericordioso.

Pero deja de expresar su
misericordia hacia esa persona

que lo ha rechazado por completo
y se ha negado escuche, a

aceptar su misericordia.

Hay una diferencia.

Una segunda forma en
que expresa su bondad

es por su gracia.

La gracia es Dios, mirándonos a
todos y ¿qué ve?

Ve nuestra incapacidad, ve
nuestra desesperanza y ve la

completa escuche, la completa
desesperación en la que nos

encontramos, y ¿qué hace?

Al ver todo eso, y sabiendo que
nosotros solos no podemos hacer

nada, Dios escogió
justificarnos, declararnos ya no

culpables; decidió perdonarnos,
escogió redimirnos,

santificarnos; o sea, salvarnos
de la culpa, la pena de nuestro

pecado, Dios asume la
responsabilidad.

Alguien dirá: «Un momento.
¿Qué quiere decir con eso?»

Es muy importante que entiendan
este ejemplo.

Escuchen esto, si fuera dueño de
una tienda, y usted llegara y me

dijera: «Sé que le debo mil
dólares», yo diría: «Sí lo he

estado pensando; cancelo la
deuda, yo soy el dueño, tengo

autoridad total, es mi tienda.

Si quiero cancelar su deuda,
solo tengo que decir: ‘Deuda

cancelada, saldada, todo
cancelado es libre’.

Bueno, por ejemplo, el
presidente de nuestro país

podría decirle a alguien, «Voy a
absolver a fulano de su crimen».

Él tiene la autoridad, tiene el
cargo, y el poder para indultar

a alguien y la persona queda
libre, solo en virtud de su

decisión porque fue su elección.

Escuche con atención, Dios no
puede asumir la responsabilidad

de nuestro pecado, pena y
culpa, con solo decir:

«ya no es culpable».

No puede.

Usted dirá, «Dios puede todo.»

Puede hacerlo todo, menos violar
su ley.

Ahora entienda esto porque el
énfasis aquí es lo que trato de

resaltar siempre porque es
la base y la esencia

de toda la vida cristiana.

Escuche con atención, Dios no
puede simplemente decir:

«Perdonado, redimido,
reconciliado, santificado».

No puede.
¿Por qué?

Porque Dios es un Dios justo, y
al ser justo, Él es, Él es

veraz; y al ser veraz, Dios,
escuche, Dios respeta su propio

carácter y naturaleza.

No hay nada en la Biblia que
diga que Dios pase por alto el

pecado, que lo ignore o que lo
permita.

Cada uno y singular pecado, y
cada singular pecador, ese

pecado debe ser confrontarlo.

Ese pecado no queda absuelto y
perdonado por la voluntad de un

grandioso Padre Dios que
decida: «Voy a hacer

una cosa buena por ti».

Escuche con atención, no se
puede, usted no puede explicar

la gracia, no se
puede explicar el perdón,

no se puede explicar
la salvación.

Escuche, no hay bondad de Dios
que se exprese en la gracia, al

margen de la crucifixión de
Jesucristo.

Así que la única manera de que,
escuche, la única manera en que

Dios pueda asumir la
responsabilidad total de mis

pecados, mi maldad, y mi
castigo y mi culpa,

es haciendo algo al respecto.

¿Qué hace Dios?

No puede decir: «Olvídalo,
perdonado», porque Él dijo: «el

alma que pecare, esa morirá»; y
como Él decreto que el «el alma

que pecare, esa morirá», y si
Dios ha asumido total

responsabilidad,
debe hacer algo.

Entonces ¿qué hizo?

Dios decidió venir a la Tierra
en la Persona de Jesucristo y

murió en la cruz, derramó su
sangre y pagó el precio total,

absoluto y suficiente
por nuestros pecados

y los pecados del mundo entero.

Es en la muerte de Jesucristo
donde la bondad de Dios se puede

expresar por su gracia, lo
que trae nuestro perdón

y nuestra salvación.

No puede haber gracia alejados
de la cruz.

La bondad de Dios no
puede expresarse

en gracia alejados de la cruz.

No podemos tener salvación,
redención, no puede haber

santificación, justificación ni
glorificación.

No podemos tener nada de la
bondad de Dios expresada en

gracia, sin la sangre derramada
de Jesucristo, ¡punto!

Esa es la ley de Dios
Todopoderoso y esa es la base,

la esencia, escuche,
es el fundamento de

toda la vida cristiana;

no puedo enfatizarlo
de manera suficiente.

Cuando alguien dice: «Pues Dios
es bueno.

Como Dios es bueno, ya sabe
cómo es bueno entonces

me perdonará mi pecado».

Él ha asumido la
responsabilidad de su pecado,

pero ¿cómo lo hace?

Lo hace al enviar a su Hijo
unigénito Jesucristo a morir en

la cruz por nuestros pecados, y
dijo: «para que todo aquel que

en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna».

Mi respuesta, escuche,
mi responsabilidad

es recibir la gracia de Dios.

¿Cómo puedo recibir la gracia de
Dios?

Yo recibo la gracia de Dios, en
el momento que acepto a su Hijo

Jesús quien murió en el Calvario
como pago total de mi pecado.

Mientras no lo haga, no habrá
perdón alguno.

Y escuche, por más bueno que sea
Dios, usted no puede, no puede

recibir la bondad de su
salvación sin aceptar a

Jesucristo como
su Salvador:

«nadie viene al
Padre, sino por mí».

Y la senda de bondad, escuche,
la senda de bondad se pavimenta

con la sangre de Jesucristo.

Y esto no es solo una idea ni
terminología bíblica, sino la

realidad de la vida.

Y sabe usted, pienso en la
manera en que puede vivir

alguien si ignora a Dios, cuando
está absolutamente claro en este

Libro que Él es la fuente de
todas las cosas buenas y expresa

su bondad y su misericordia,
expresa su bondad y escuche, no

solo su misericordia, sino que
expresa su gracia y también

expresa su amor por nosotros.

Dirá: «Pensaba que
la misericordia

y la gracia eran amor».

Pues es un aspecto y se
expresará de esa forma, pero

pienso en ¿cómo define usted el
amor de Dios?

Absolutamente imposible.

¿Cómo definir el
amor de Dios?

Ahora deseo que piense en algo.

Solo piense, solo piense en
que usted y yo somos amados

por Alguien que es tan infinito

en cada aspecto
de su ser,

que ni siquiera podemos
describir su amor.

Ahora, quizás todos hemos hecho
cosas que nos han hecho pensar:

«Ya Dios no me amará».

¿Sabe qué?

Usted, escuche, usted
no puede pecar tanto,

como para que Dios
deje de amarlo.

¿Esa es una licencia para pecar?

¡Absolutamente no!

Lo que quiero decir es que el
amor de Dios no solo se expresa

en cosas buenas que nos envía,
sino también

se expresa en disciplina.

«¿Por qué tenía que
hablar de eso?»

Bueno porque de eso se
trata el amor.

La, escuche, la disciplina es
corrección amorosa por el bien

de quien es corregido, motivada
por el amor de todo

aquel hace la corrección.

De esto se trata la disciplina:
Disciplina es el amor de Dios,

quien nos expresa su bondad.

Y a veces en nuestro
sufrimiento, ¿qué hace Dios?

Nos expresa su bondad porque,
verá, Dios sabe cómo esas

expresiones de amor, darán
finalmente fruto.

Y creo que todos hemos pasado
por circunstancias y situaciones

que recordamos que quizás en el
dolor y el sufrimiento del

momento no nos agradaban, y
dijimos: «Dios mío, si eres

bueno, ¿cómo justificas esto?»

Pero ¿sabe?

Dios ve el pasado, el presente y
el futuro, y como ahora, ve el

fruto, ve la recompensa, ve cómo
podrá usarlo a usted, ve lo que

hará en su vida, ve que este
dolor, este sufrimiento en este

momento, es Dios que se muestra
muy, muy, muy bondadoso con

usted, porque está preparándolo
para su gloria, preparándolo

para que sienta satisfacción,
integridad y plenitud,

integridad en su vida, lo que
nunca habría tenido si Dios no

lo hubiera enviado por el valle
del llanto, que vemos como

llanto porque eso hicimos.

Por otro lado, Dios lo ve como
el valle amoroso de preparación.

¿Dios es amoroso siempre?

Siempre es amoroso.

¿Y deja de amarnos?

Nunca lo hará.

Quizás diga: «Creo que
uno podría pecar tanto,

que Dios dejaría de amarlo».

No puede.

No quiero decir que las
expresiones del amor de Dios,

escuche, las expresiones de su
amor, su ternura, compasión y

gracia siempre estarían allí
eternamente.

No.

Pero ¿algo puede hacer que Dios
deje de amarnos?

No puede.
¿Por qué?

Su naturaleza es amarnos.

Entonces, al pensar en todas las
formas en que Dios nos expresa

su bondad infinita: en su
misericordia, su ternura, su

amor, su gracia, vemos, vemos
que ha asumido la

responsabilidad total de
encargarse de su culpa,

su pena y su pecado.

Pero no solo eso, sino que le da
la gracia y la fuerza y todo lo

que necesita para vivir cada uno
de los días de su vida, y todo

en su amor por usted.

Pero bueno ¿cómo definiría el
amor de Dios?»

Cuando alguien dice: «hábleme
del amor de Dios», «es lo que

quiero hacer», Cuando alguien
dice: «¿Cómo explica el amor de

Dios?», así quiero
explicarlo: La cruz.

Esa sola palabra es la palabra
más completa; es el pináculo de

la expresión del amor de Dios.

No hay nada en lo que podamos
pensar que se compare a la cruz

que pueda expresar el amor de
Dios.

«Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo

unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda,

mas tenga vida eterna».

Todos estamos en la gracia de
Dios, cubiertos con la gracia de

Dios; vivimos por la gracia de
Dios, somos receptores

del amor de Dios.

Además, escuche, estamos donde
estamos por las misericordias de

Dios, sus misericordias no
tienen fin.

Su amor es inmensurable, su
gracia es inagotable, así es el

Dios a quien servimos a
quien amamos

y a quien deseamos obedecer.

Ahora quisiera que
piense en algo.

Le he dicho la verdad, la plena
verdad de la Palabra de Dios

sobre su bondad, al menos una
faceta de ella.

Ahora, permítame preguntarle: Si
todos tenemos el privilegio de

ser receptores de la
misericordia de Dios, su gracia

y amor; y tenemos una senda que
Dios nos ha preparado, que

pavimentó en la sangre de
Cristo, la senda de bondad que

nos ofrece solamente lo mejor
solo lo mejor que un Dios

absoluto, soberano y
perfectamente bueno

pudo proveer.

¿No está de acuerdo en que es
una insensatez construir su

propia senda e ignorar la
plenitud y la abundancia de la

misericordia, la gracia y el
amor de nuestro Dios?

No sé usted, pero algo en mí no
me permite andar en

desobediencia a un Dios que es
tan amoroso, tan clemente, tan

misericordioso y tan todo.

Y solo desea nuestra
adoración, obediencia,

servicio y alabanza a Él.

¿No estará de acuerdo que Él es
digno de todo lo que podamos

darle, primero nuestro ser,
toda nuestra vida

y todo lo que eso implica?

[música]