Grito desde la montaña | Película de Billy Graham
Cuando Larry lleva a su hijo, Cal, a una aventura en kayak por Alaska, espera que sea una experiencia única en la vida, pero no puede dejar de pensar en los problemas que hay en casa. Tras un grave accidente y un encuentro con un extraño montañés, sus vidas cambian para siempre. ¿Buscas la paz verdadera? Visita https://PazConDios.net/ Conéctate con la Billy Graham Evangelistic Association: en Facebook: / billygrahamevangelisticassociationespanol en Instagram: / bgeaespanol en Youtube: / @billygrahamespanol
presentador:
Un grito en la montaña.
[suena alarma
de reloj despertador]
[neumáticos chirrían]
Debería estar allí
cuando se lo digas.
Entonces ven con nosotros.
No.
¿Diez días fingiendo?
No podría.
Terminaría odiándote.
Larry:
Esto no fue idea mía.
Tú eres
la que sigue insistiendo.
Carolyn:
Laurie sí fue idea tuya.
Larry: He tratado de explicarte,
pero no quieres escucharme.
Carolyn, llevo semanas
soportando esto.
Te di motivo, es cierto,
pero no tiene sentido
seguir así.
Larry: Estoy harto
ya de pedir perdón.
Es inútil hablar contigo.
Te pones barreras que
ni siquiera tú ves, Carolyn.
Mira,
Alex está muy ilusionado
con este viaje.
Carolyn: No le digas nada hasta
el último día.
Por favor.
Ya veré cómo
se lo explico después.
Mamá, ¿qué harás
cuando no estemos aquí?
Mm, pues levantarme tarde,
salir a cenar.
Cuando volvamos, nos vas
a estar esperando, ¿verdad?
Claro, tesoro.
Te voy a traer
una sorpresa.
Carolyn:
¿Empacaste los calcetines extra
que te saqué?
Alex:
¿Calcetines?
Carolyn:
Alex, los puse en una bolsa
de papel junto a tu mochila.
Carolyn:
Debes haberlos visto.
Alex:
Sí, sí, llevo
muchos calcetines.
Carolyn:
Bueno, pues úsalos.
Si te mojas los pies,
lo mejor es tener un par
de calcetines secos a mano.
No quiero que te enfermes
y nadie que pueda ayudarte.
Larry:
No te preocupes.
¿Qué tal?
Alex:
Vamos.
Alex, despídete de mamá.
Oye, campeón, no trates
de romper un buen récord, ¿eh?
No te preocupes.
Te vas a sentir mejor
después de que descanses
un poco.
[suena bocina]
[exhala]
El río desemboca
del otro lado del lago.
Ajá, de acuerdo.
No tendrás problemas
si no pasan de este punto.
Más adelante
hay bastante turbulencia.
Entiendo, pero ¿este tramo
tendremos que hacerlo caminando?
Eso depende de lo alto
de la corriente.
Le conviene estudiar bien
ese trecho antes de entrar
y asegurar su carga.
No van a encontrar restaurantes
hasta el otro lado del río.
-Muy bien.
-Bueno, lo veré en el lago
Caribú en diez días.
Lago Caribú.
Allí estaremos.
– Adiós.
– ¿Verdad, Alex?
Que sean dos semanas mejor.
– [ríe] Hasta entonces.
– Allí estaremos.
Larry:
Bueno, es demasiado tarde
para volverse atrás.
Estamos solos, campeón.
Sí.
Alex:
Adiós, Ben.
Larry:
Muy bien.
Un poco más hondo.
Y más lento ahora.
Papá, ¿hasta dónde crees
que llegaremos hoy?
Alex:
No veo ninguna cafetería.
[sedal desenrollándose]
Larry:
Un poco más lejos.
Busca lo menos hondo.
Papá, mordió uno.
– ¿Mordió uno?
– ¡Sí!
Bien hecho, hijo.
Pásalo a lo menos profundo
y lo recogeré allí.
Eso. Fuerza.
Fuerza.
Ojalá mamá
me hubiera visto atraparlo.
Debe haber pesado
unos dos kilos.
La he visto mal estos días.
A tu madre
no le gusta acampar.
He tenido
malas calificaciones.
Dos ceros.
Dile que mejoraré.
Tu mamá está pasando
por un mal momento.
Ya sabes, el embarazo
afecta a la gente.
¿Quieres a mamá?
Claro que sí.
Es solo que a veces…
tenemos ciertos desacuerdos.
¿No pueden arreglarlos?
Alex…
[Larry suspira]
Hijo…
Puede ser que ya tengas edad
como para entender esto.
Tu mamá y yo hemos
hablado mucho y pues…
Ella ha decidido
que nos vamos a…
divorciar.
Dijiste que la amas.
¿Quién es Laurie?
Una amiga de mi oficina.
¿Saliste con ella?
Un par de veces.
¿Por qué?
¿Es más bonita que mamá?
Alex.
Larry:
Vamos a echarle un vistazo.
Alex:
Si quieres.
Necesito estirar
las piernas.
Larry:
Podemos buscar oro
en el río
y tú necesitas
hacer ejercicio
para el béisbol.
El cuarzo de oro
sale de este tipo de capas.
– ¿De veras?
– Sí.
¿Qué tal eso
para tu colección?
Genial.
Es cuestión de suerte.
[águila chilla]
Vaya.
Papá, no vas a creer esto.
Larry:
Espérame.
Alex:
Un pueblo fantasma.
Larry:
Debe haber sido
de mineros.
Alex, dame tus cosas.
Ven, vamos a explorarlo.
Buena idea, papá.
Mira, papá, allá arriba.
Alguien debe vivir allí.
¿Hay alguien allí?
[eco]
¿Hay alguien allí?
Hola, amigos.
Contesten.
Ay, mira.
Larry:
Cuidado.
Será mejor
dejarlos en paz, hijo,
y seguir adelante.
[perro ladrando]
Tranquilo, amigo.
Preocupado, ¿eh?
¿Quieres contármelo?
Estaba pensando.
¿Qué estabas pensando?
¿De qué sirve tener
un hermano o una hermana
si no vamos a vivir con ellos?
No te vamos a llevar
a un orfanatorio, Alex.
Haremos lo que sea mejor
para ti, los dos.
Oye, vinimos
a divertirnos, ¿recuerdas?
[ambos cantando «Remador»]
[continúan cantando]
Alex:
¡A la aventura, capitán!
[Alex ríe]
[Alex ríe]
[ambos gritan felices]
Larry:
Sujétate al bote.
No te sueltes.
[Alex gime]
¡Papá!
¡Alex!
¡Papá!
¡Papá!
¡Papá!
¡Papá!
Papá.
Dios mío.
Dios mío.
¿Qué voy a hacer?
¡Auxilio!
Mi papá está herido.
¡Por favor ayúdenme!
¡Auxilio! ¡Auxilio!
Mi papá está herido.
¡Auxilio!
¡Por favor!
¡Auxilio! ¡Ayúdenme!
Auxilio.
Ayúdenme por favor.
¡Mi papá está grave!
Está herido.
¡Ayúdenme!
[perro ladrando]
[puerta abriéndose]
Alex:
¿No lleva demasiado
tiempo dormido?
Es lo mejor.
Solo así soporta el dolor.
¿Qué es eso?
Conejo.
– ¿Lo cazó usted?
– No.
Jake le ladró
para asustarlo
y la criatura
me saltó a las manos.
¿Lleva mucho viviendo aquí?
¿Vas a hablar
o a comer?
[Larry gimiendo]
Larry:
Alex.
Dime. Papá.
[Jonathan]
Señor…
No recuerdo
haberte pedido visitantes.
Y no voy a decir que me gusta
lo que estás haciendo.
Todos esos recuerdos
enterrados ya…
cuando Edna…
todavía estaba conmigo.
Ese chiquillo aquí
hace que me acuerde…
de Edna.
Llevo tanto solo con Jake…
y contigo…
que, pues, eh…
la verdad, Señor,
es que no entiendo.
No sé qué te propones…
trayéndome a esta gente
de visita.
No quiero que te enfermes
y nadie que pueda ayudarte.
No nos va a pasar nada.
Carolyn:
Laurie sí fue idea tuya.
Alex:
¿Por qué?
¿Es más bonita que mamá?
Carolyn:
(*) Sueles soñar despierta.
Buenos días.
No te oí levantarte.
Pues así debe ser.
Como en las películas.
Carolyn:
Laurie fue idea tuya.
[perro ladrando]
¡Alex!
¡Papá!
¡Papá!
Papá.
Estoy un poco aturdido,
pero bien.
¿Y tu pierna?
Tal vez convenga entablillarla.
– Pero puedo caminar.
– Genial.
Alex, ¿tú solo
me subiste aquí?
Jonathan me dio una mano.
¿Jonathan?
¿Quién es Jonathan?
Vamos, Jake.
Ven acá. Vamos.
¿Dónde puedo encontrar
un teléfono?
[Jonathan ríe]
[intermitencia de la radio]
Tenemos que encontrar
el bote.
No sabía
en lo que me estaba metiendo.
Usted no va a ir a ningún lado.
Al menos en un día o dos.
Podría buscarlo yo.
No es trabajo
para un chiquillo.
En cinco minutos estarías metido
en un lío muy serio.
Este chiquillo
me salvó la vida.
Yo iré a buscarlo
en la mañana.
Es domingo,
mi día de iglesia.
locutor:
…donde todos estamos
a la expectativa
y ansiosos por los próximos días
de cruzada en este lugar.
Antes del mensaje
del Sr. Billy Graham,
nos cantará
George Beverly Shea.
[suena «Amazing Grace»]
[intermitencia]
Dios mío.
Oh. Dios.
[risas]
Si no puedes ir más rápido,
espérame aquí.
Jonathan, allí están
nuestras cosas.
– ¿Qué pasa?
– Shh.
Shh, shh.
No hagas ruido.
[oso gruñendo]
[oso rugiendo]
¡Quieto!
Bueno, amigo.
Ya nos viste.
Que ya nos vamos
de tu territorio.
[gruñendo]
Anda, vete.
Vamos.
Jonathan:
Gracias, Señor.
Alex:
Pudiste haberle
disparado, ¿no?
No creo que hubiera servido
de mucho, hijo.
Estuviste muy bien.
Excelente.
Si tú hubieras corrido
o gritado,
quién sabe si hubiéramos
podido contarlo.
Ahora sigamos.
Ese muchacho de la foto,
¿vivía aquí antes?
Jonathan:
Hace años.
¿Y la señora se murió?
Jonathan:
Hace mucho tiempo.
¿Y el muchacho también?
Jonathan:
No.
¿Lo viene
a visitar seguido?
No lo he visto en años.
Nos distanciamos.
Él tiene su mundo.
Nunca le entusiasmó mucho
todo esto.
Mi mamá y mi papá
van a divorciarse.
Por eso hicimos
este viaje.
Para que no me sienta
tan mal, creo yo.
Pero no me importa.
– Laurie Matthews.
– En esa oficina.
¿Sí? Dígame.
Debe buscar Personal.
Están en este piso,
pero a la izquierda
del ascensor.
Esta es la derecha.
Es fácil confundirse.
¿Laurie Matthews?
Sí.
Creo que preferiría
tomar su empleo.
Soy buena mecanógrafa.
Un poco fuera de práctica,
pero deme unos días.
¿Qué tal es usted
para la maternidad?
No, no entiendo.
Estamos iguales en eso.
Señora Sanders.
¿Es usted Carolyn Sanders?
La felicito
por su gusto en hombres.
[Carolyn]
Díselo tú a papá, ¿quieres?
Yo no creo que pueda dar
más malas noticias.
Déjame pensarlo.
Escucha.
Vas a necesitar
más que odio y coraje
si quieres salir
de este aprieto.
Alguien puede ayudarte.
No, no lo creo, mamá.
Ya es demasiado tarde.
Hemos cambiado los dos.
Eso pasa.
Es lo más común del mundo.
Hablaba sobre Dios, hija.
Hace ya tanto tiempo…
que lo olvidaste.
¿Dios puede cambiar
el mes que he pasado?
¿O hacer que olvide
a Laurie Matthews?
No.
Pero sí darte esperanza.
Oye, hija.
Faltándote eso,
todo ese gran dolor
que sientes,
se convertirá
en cicatrices.
Se te endurecerá
el corazón,
y puedo asegurarte
que serás infeliz
hasta el final
de tu existencia.
Confía en Dios.
Si fuera así de sencillo.
No, no es sencillo,
pero es cierto.
Y mucho mejor.
El orgullo…
es muy pobre sustituto
para lo que te daría el Señor.
Bueno…
Tengo mucho por qué orar.
Si tuvieras un poco
del sentido común
con el que naciste,
también orarías.
¿Lo sabe Alex?
Se dio cuenta.
Lo vi en sus ojos
cuando se fue.
Esta conexión
servirá por el momento.
Debo tener una radio
de onda corta en el desván
de mi casa.
Voy a buscársela.
Sería perfecta
para su cabaña.
Se la mandaré aquí.
Mi muchacho hizo esa radio
a los 15 años.
Y me decía que él podía
recoger ondas invisibles
y convertirlas en sonido
a través de ese aparato.
Pero la verdad
es que yo jamás las vi.
Y un día terminó de armarla
y las escuché.
Ese día me di cuenta
que el muchacho era
más listo que su padre.
Voy a tener que revisar
el desván igualmente.
Porque voy
a mudarme de casa.
Estaría haciéndome un favor
si aceptara la radio.
Sí.
El muchacho dijo que harán
muchos cambios en su casa
cuando regresen.
Hemos tenido
serias dificultades.
Esa radio
me ha enseñado muchas cosas.
Como esa Hora de Decisión.
¿La ha oído?
Con Billy Graham.
Él sí sabe cómo usar
las palabras y hacerlo
pensar a uno.
Es igual que esas ondas
de la radio.
Están allí todo el tiempo,
pero hay que querer
sintonizarlas.
Si me permite.
Un padre de temporada no es
lo ideal para ese hijo suyo.
El tiempo y la separación…
acabarían alejándolos.
Iré por agua.
Jake, ¿dónde te metiste?
Estaba curioseando.
¿Qué es esto, un templo?
Aquí vengo…
cuando quiero
acercarme a Dios.
¿Cómo puede haber una iglesia
si no hay pueblo?
¿Es aquí donde oras?
Jonathan:
Sí.
No creo que papá
ore nunca.
Pues…
tal vez nunca se ha topado
con un oso salvaje.
Alex:
¡Papá!
Papá.
Mira lo que encontré.
– Es muy antiguo. Consérvalo.
– ¿Dónde está Jonathan?
– Creo que haciendo la merienda.
– Bueno.
Jonathan, mira
lo que encontré.
Oh. Hace muchos años
que no veía uno de estos.
Aunque no sé
si contratarte o no.
Demasiado flaco para minero.
Deben fascinarle
los frijoles.
¿Algún problema
con la comida?
¿Qué tal otro restaurante?
Jonathan:
Y eso fue lo que le dije.
[risas]
Em…
S. Sweeney,
tenía a su cargo
a los hombres del norte
de la mina.
Yo a los del sur.
Entre los dos cavamos un túnel
que llegaba hasta el mismo…
corazón de la montaña.
Alex:
¿Encontraron oro alguna vez?
Oh, deben haber sacado
millones de por aquí
durante muchos años.
Pero el buen Sweeney
estaba convencido
de que nunca habían llegado
a la veta mayor.
Juraba que estaba
en el otro lado de la montaña.
Tal vez cerca
del túnel del norte.
En las noches, allá iba él
buscando por horas
en ese laberinto oscuro.
Lo único que encontramos
fue una linterna de carburo.
Como esta.
Tal vez Sweeney mismo
la haya usado.
¿Y qué fue de su amigo?
Muchos dicen
que se fue
sin avisarle a nadie.
otros creen
que debe haber perdido
su lámpara…
y no logró encontrar
la salida del túnel.
Y perdió la razón
en la oscuridad.
Y a veces,
cuando el viento sopla
desde la montaña,
me viene a la mente
el recuerdo…
de Sweeney y su canción.
¿Le pasa algo, Larry?
Larry:
Mi mano.
¡Papá!
Papá.
Ayúdame a subirlo
a la cama.
Alex:
¿Qué le pasa?
Larry, ¿me oye?
Papá.
Voy a tener que ir
por ayuda.
– Le hicimos frente
a aquel oso, ¿recuerdas?
– Sí.
También enfrentaremos esto,
¿verdad?
Sí.
Si despierta,
dale un poco de agua.
Pero primero
haz que te la pida.
Y no lo dejes
que se levante.
– Para nada.
– De acuerdo.
Bien.
Jake, tú quédate aquí.
[truenos]
[truenos]
[truenos]
[truenos]
[perro gimotea]
Jesús,
soy amigo de Jonathan.
Tal vez
ya lo sepas, pero…
Mi papá está grave.
Y estoy preocupado.
Dios, por favor,
salva a mi papá.
Jesús, ¿quieres acompañar
a Jonathan también?
Que encuentre a alguien.
[helicóptero acercándose]
[perro ladrando]
Alex:
¡Jonathan!
Jonathan.
Esperaremos aquí.
Jamás amaré a nadie como…
te amo a ti, Carolyn.
Deberías descansar
un poco, ¿quieres?
Te necesitamos mucho, Carolyn.
mujer por altavoz:
Dr. Robinson, favor
presentarse a cirugía.
Su esposo
respondió bastante bien.
Sufrió una contusión grave
y una hemorragia interna.
Eso ya lo corregimos.
No va a sufrir parálisis.
mujer por altavoz:
Se requiere la presencia…
médico:
Ahora está en recuperación.
Dormirá toda la noche.
– Yo lo visitaré en la mañana.
– Gracias, doctor.
mujer por altavoz:
Señor Pensa, favor presentarse
en la puerta de entrada.
Vamos, mi amor,
tenemos que irnos.
No acostumbro meterme
en las cosas que no
me importan,
pero Alex…
ha hecho que recuerde algo.
– Yo también tengo un muchacho.
– ¿Ajá?
La visita de Alex…
me trajo muchos recuerdos
que hace años
había enterrado.
Después de morir
mi esposa,
mi muchacho y yo
tuvimos muchos problemas.
Ja. La razón
parecía importante
en el momento.
Pero ahora
que ya pasó todo,
no es más
que una tontería.
Y a la larga,
pues salí perdiendo.
¿Qué le dijo Larry
sobre nosotros?
Que usted…
Que usted
era una mujer buena.
Y que él le había causado
un dolor muy grande.
Es curiosa la culpa.
Es fácil hacerse de ella,
pero sale costando demasiado.
Alex:
Jonathan.
Mira lo que encontré.
Lo que papá te prometió.
Oh, esta sí
que es una sorpresa.
Vaya, esto debe costar
una fortuna.
Estamos en deuda
con usted, señor…
Ah, no sé
su nombre completo.
Ah, Jonathan
es más que suficiente.
Jonathan:
Esto resultó ideal, hijo.
Venir a la ciudad
con Billy Graham
visitando nuestra parte
del mundo.
No quiero perderme
su mensaje
en la Arena Sullivan.
Eso es demasiado lejos.
Te llevaremos, Jonathan.
¿Verdad, mamá?
Billy Graham:
Hay quien quisiera
pagar menos por Él.
Pero el precio
no va a cambiar.
Es precio es la cruz
donde murió y vertió
su sangre por ti.
Y si hubieras sido tú
la única persona en el mundo,
Él habría seguido allí por ti.
Porque fue capaz
de pensar en ti,
de verte a ti
cuando estaba en esa cruz.
Así es como Dios nos ve.
Tú y yo nos vemos.
Vemos a los demás
y decimos que estamos bien.
Pero si nos vemos a través
de los ojos de la santidad
de Dios y de su justicia,
somos pecadores,
no somos perfectos.
Y eso me lleva a la cruz.
Y digo ante la Cruz:
«Dios, ten piedad
de este pecador».
Y Cristo, en ese
preciso momento,
te cubre
de una justicia…
agradable a Dios
que no podrías ganar.
Estoy cubierto entonces
con la justicia del Señor
Jesucristo.
Y voy a salvarme
no por el trabajo
de Billy Graham,
ni por leer la biblia
ni por predicar el Evangelio.
Voy a salvarme por la gracia
y la piedad de Dios,
algo que no merezco.
Y tú vas a salir de aquí
por esa puerta
o por aquella o por aquella
en unos minutos.
Y vas a haber tomado
una decisión, ¿sí o no?
Sobre Cristo.
Y muchos de ustedes
dirán: «Tal vez vuelva
otra noche, tal vez no».
No es seguro.
Espero que sí,
pero tal vez no lo hagan.
Lo voy a dejar
para otra ocasión
cuando las cosas
estén un poco mejor
y mi vida esté
completamente en orden
y sepa qué es
lo que quiero hacer.
Tal vez busque a Dios.
Eso jamás sucederá.
Y esa es la razón
por la que no podemos
llegar a Cristo
solo con la mente.
No puedes alcanzarlo
con la mente nada más,
porque tu mente…
[Carolyn pensado]
Nunca he estado
muy segura de mí.
No sé por qué.
Dios mío, he perdido
toda certeza de ti.
Me independicé.
Y eso me lleva a la cruz
y es allí en la cruz…
[Carolyn pensado]
Jamás he podido orar
como mamá,
esperando una respuesta.
Pero…
Hazme saber
que estás aquí, Señor.
Que te intereso.
Que te interesamos.
Billy Graham:
El pecado ha afectado
tu voluntad.
Te pido que escuches
y entiendas, Carolyn,
y que perdones.
Billy Graham:
Y conocerás la verdad
y la verdad te hará libre.
Descubre esta noche
la verdad en Cristo.
Puede hacerte libre
y darle dicha y paz
a tu corazón.
Ven.
Ese es el gran mensaje
de la Biblia.
Ese es el mensaje
de la cruz.
Ven a la cruz donde Cristo
derramó su sangre por ti.
Ven a la cruz donde puedes
encontrar un propósito
y un significado nuevo
para tu vida.
Necesitas a Cristo.
Y sé que Él puede cambiar
tu vida y convertirte
en una creación nueva.
Él es lo que buscas.
Él es la paz en tu corazón.
Él perdonará tu pasado,
no importa cuál sea.
Pero Dios te ha hablado
esta noche.
Y tú sabes que tienes
que tomar esa determinación.
Voy a pedirte que te levantes
de tu asiento, que vengas
aquí al frente,
y al hacerlo estarás
diciendo en silencio…
abro mi corazón a Cristo.
Estoy dispuesto
a cambiar mi vida.
Lo acepto como mi Señor,
mi amo, mi salvador.
Billy Graham:
Él perdonará todo lo pasado.
Él te convertirá en el esposo,
la esposa que debes ser.
El muchacho o la muchacha
que debes ser.
Te estoy pidiendo
que hagas público
tu amor por Él
como Él hizo público
el suyo por ti.
¿Larry?
[suspira]
Ni siquiera sé
por qué he venido.
Siempre has dicho
que no me es fácil
mostrar mis sentimientos.
Tienen que sacármelos
a la fuerza.
Es como…
cuando te dan el boletín
en la escuela…
y ves que…
todo lo que hiciste
no sirvió para nada.
Nunca quise
que mi vida fuera
poco más que compromisos.
Creo….
que la verdad es que…
también yo lo siento.
Hoy pasó algo…
que me dio esperanzas.
Te va a sorprender oírlo.
LOS VISITANTES
SON BIENVENIDOS
Nunca he sido bueno
para escribir cartas, Jake.
Pero no puedes decirle
a los demás que se perdonen
si no estás dispuesto
a perdonar tú también.
Te acuerdas
de Ethan, ¿verdad, Jake?
Tú y él se pasaban la vida
persiguiendo conejos.
Querido hijo,
no te desmayes todavía.
Al menos
hasta que me hayas oído.
narrador:
Jesús dijo
que el espíritu de Dios
se mueve sobre el mundo
como el viento.
Tocando a quien quiere tocar.
Al ver esta historia,
¿sentiste tú el llamado
del espíritu de Dios?
Lo que Carolyn experimentó esa
noche en la cruzada evangélica
la Biblia lo llama
«haber nacido desde arriba».
Ella no lo había
resuelto todo
cuando se levantó
de su asiento.
Pero algo era seguro.
Que ella quería cambiar.
Y quería que Dios
tocara su vida.
Y eso es lo que la Biblia
llama «arrepentirse».
Nadie merece la salvación.
Dios la da libremente
a quienes creen en Él
sea cual sea tu situación,
y solo tú y el Señor
saben eso.
La Biblia dice
que Él ve los corazones
y que está dispuesto
a perdonarte
y a darte paz y vida eterna
a través de Su hijo.
Deja que Dios
te muestre su camino.
Que Dios te bendiga.