Unidos en la vida cristiana – Dr. Charles Stanley

En este mensaje, el Dr. Stanley comparte la importancia de ser parte activa de la iglesia. Todo aquel que quiera mantener una relación creciente con Jesucristo necesita comprometerse con un cuerpo local de creyentes. Si lo hacemos, nuestras vidas nunca serán las mismas.

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locutor: En Contacto con
el Dr. Charles Stanley.

Alcanzamos al mundo con el
evangelio de Jesucristo

por medio de una enseñanza
bíblica sólida.

Hoy en el programa
En Contacto

«Unidos en la vida cristiana».

Dr. Charles Stanley: Muchos que
profesan ser cristianos,

dicen que realmente no necesitan

ser parte de una
iglesia, porque pueden seguir

siendo cristianos sin ella.

De hecho, incluso dicen que hay
iglesias que tienen conflictos

entre sí, que lo entendemos.

Afirman que en las iglesias
muchas personas tienen

problemas unas con otras.

También dicen que conocen
a algunos que profesan ser

cristianos pero no
viven lo que predican.

No podemos negar nada de eso.

Porque eso es cierto.

Y sí entiendo por qué la gente
desde afuera ve y dice: «Creo

que puedo arreglármelas
sin ustedes los cristianos».

Entiendo lo que dicen, pero
lo que debemos preguntarnos es

esto: ¿Qué opinión tiene el
Dios Padre de su iglesia?

Podemos ser críticos de
ella, reconocer

nuestras faltas y falacias.

De hecho, al pensarlo, en el
Nuevo Testamento, la mayoría de

las epístolas tratan
problemas en la iglesia.

Por ejemplo, en primera y
segunda de Corintios, vemos

todos los problemas que habían
y dificultades

que confrontaba la iglesia.

Y mucho de lo que
escribió Pablo fue para

ayudarles a resolverlos.

¿Significa eso que la
iglesia ya no sea importante?

¿Quiere decir que no es
importante formar parte

de una congregación?

Y bueno, una cosa es decir:
«Puedo vivir como cualquier otro

cristiano sin tener
que relacionarme

con ninguna iglesia».

Y entiendo lo que dice, pero
permítame preguntarle: ¿Es esa

la voluntad de Dios?

Y quizás alguien
diga: «Para mí sí lo es».

¿Es eso lo que dice la Biblia?

«Eso no lo sé, pero sí sé que
puedo vivir sin la iglesia».

Entonces yo le pregunto:
¿Qué implicación tiene eso?

Si puede vivir sin la
iglesia, ¿qué implica eso?

En este mensaje le haré 2
preguntas y deseo

que piense seriamente en ellas.

Y ahora, desde el principio diré
que hay quienes no pueden

ir a la iglesia por
razones de salud.

Si pudieran lo harían,
pero literalmente no pueden.

Eso lo entiendo.

Hay personas que viven en áreas
remotas y no tienen ninguna

iglesia cercana.

Lo entiendo.

Hay gente que vive en pueblos,
grandes o pequeños, como sea, y

no encuentran una iglesia
que predique la verdad

de la Palabra de Dios.

Saben la
diferencia, lo entiendo.

Pero eso no le quita importancia
a la iglesia ni a congregarse,

de ser posible.

Solo quiero hacer 2 preguntas, y
si usted asiste a una iglesia,

bien, pero de no ser así, no
estoy cuestionando su salvación.

Pero pensemos en 2 preguntas.

Así que le invito a
Hebreos capítulo 10.

Comenzando desde
el versículo 19.

Trataré de explicar estos
versículos, mientras vamos

leyéndolos, antes de
llegar al centro del mensaje.

Hebreos 10, desde
el versículo 19.

Dice así: «Así que, hermanos,
teniendo libertad para entrar en

el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesucristo».

Aquí se refiere a
nuestra presencia.

Es decir, podemos vivir y
caminar en la presencia

de Dios hoy día.

Mientras que en el Antiguo
Testamento había un velo y un

lugar interno,
exclusivo, en el templo.

Dice: «Así que, hermanos,
teniendo libertad para entrar en

el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesucristo».

en su presencia, por su sangre
en la cruz, «por el camino

nuevo y vivo que él nos abrió
a través del velo,

esto es, de su carne».

Es decir, cuando Cristo murió
en la cruz, el velo se rasgó de

arriba a abajo y abrió el camino
para que cualquier persona pueda

ir a Dios mediante
su Hijo Jesucristo.

«y teniendo un gran sacerdote
sobre la casa de Dios»,

que es Jesucristo.

«acerquémonos con corazón
sincero, en plena certidumbre de

fe, purificados los corazones de
mala conciencia, y lavados los

cuerpos con agua pura».

Hemos sido santificados.

Luego dice: «Mantengamos
firme–es decir–aferrémonos.

«Mantengamos firme, sin
fluctuar, la profesión de

nuestra esperanza, porque
fiel es el que prometió».

Nuestra esperanza es la
firme expectativa y de que Dios

cumplirá su promesa
porque esa es su naturaleza.

«Y considerémonos unos a otros
para estimularnos al amor y a

las buenas obras; no dejando
de congregarnos, como algunos

tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más,

cuanto veis que
aquel día se acerca».

Lo que quiso decir aquí es
que quizás podían prever lo que

sucedía porque en el año 70
después de Cristo, el general

Tito, destruyó el templo.

O que el juicio de
Dios quizás estaba cerca.

Y observemos el versículo 25,
que es el más fuerte en el Nuevo

Testamento, respecto a que los
cristianos se reúnan juntos para

adorar, para instruir, para
animarse y para buenas obras.

El versículo más fuerte
del Nuevo Testamento.

Note que dice: «no
dejando de congregarnos…».

Justamente lo que empezaba a
suceder en algunos sitios, así

que el autor dice, escuche, «un
momento, deténganse a pensar en

lo que están haciendo al
alejarse de la iglesia».

Lo que quiero preguntar
es: si alguien puede vivir

piadosamente, andar en
obediencia hacer su voluntad, y

cumplir su propósito en su vida,
solo, sin la iglesia, entonces,

¿por qué Cristo habría
de establecer la iglesia?

Y dice la Biblia claramente, en
Mateo capítulo 16, que el Señor

Jesús le preguntó a sus
discípulos: «‘¿Quién dicen los

hombres que soy?'».

Y respondió Pedro:
‘Tú eres el Cristo,

el Hijo del Dios viviente’.

Y a lo que el Señor Jesús
respondió: «Así es, Pedro»,

luego le dijo: «sobre esta
roca edificaré mi iglesia».

Claro, el cuerpo de Cristo no
se edifica sobre un hombre.

Sino se edifica
en el Hijo de Dios.

«Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente».

Así que Jesucristo se refería a
que sobre esa base, ¿cuál base?

El fundamento es que Jesús es
el Mesías, el Hijo de Dios, el

Salvador del mundo, la
única esperanza del mundo.

Sobre esta verdad,
dice, edificaré mi iglesia.

Si pensamos en eso, la iglesia
ha sido edificada sobre la

persona de Jesucristo.

Así que deseo que
pensemos en esto.

Cristo dijo: «Estableceré
mi iglesia y las puertas del

infierno no
prevalecerán sobre la iglesia».

Hemos visto a lo largo de la
historia, que van y vienen toda

clase de creencias, pero
la iglesia cristiana

permanece allí, creciendo en
el mundo entero.

¿Por qué?

Porque es la iglesia
del Señor, no del hombre.

No se trata de una denominación.

Dios no
estableció denominaciones.

Algunas personas dicen: «Hoy día
hay tantas denominaciones que

uno se confunde».

Olvídese de eso.

Encuentre una iglesia que enseñe
y predique la Palabra de Dios.

No importa la denominación.

Así que cualquiera que sea la
excusa, pregúntese esto: O sea

si Cristo dijo, en el capítulo
12 de Romanos, que la iglesia es

el cuerpo de Cristo.

Lo dijo cuando ascendió y dejó
a sus seguidores para ser su

cuerpo físico viviente.

Somos el cuerpo de Cristo.

Él actúa con nuestras manos, ve
con nuestros ojos, escucha con

nuestros oídos, y obra
mediante nuestra vida.

Somos su cuerpo, su iglesia.

Y al hablar de la iglesia, no
me refiero al enorme cuerpo

colectivo de creyentes en
todo el mundo; ya sean chinos,

japoneses, alemanes,
sudamericanos, brasileños, o lo

que sea, sino a las
iglesias locales.

Si vamos a las epístolas de
Gálatas, Colosenses, Filipenses,

Efesios y todas las
demás; eran asambleas locales.

Así que si alguien puede
ser buen cristiano, vivir

piadosamente, hacer la voluntad
de Dios en su vida, entender las

cosas de la Palabra de Dios,
y hacer todo eso, sin nunca

reunirse con otros creyentes,
entonces mi pregunta es:

¿Qué implica eso?

O sea, si no fuese importante
que la iglesia, un cuerpo local

y autónomo de creyentes, se
congregara para adorar, para ser

inspirados, motivados,
instruidos, y para hacer la obra

del Señor; si eso no fuese
necesario, ¿qué implicaría?

En primer lugar, implicaría
que Jesucristo cometió

un grave error.

Cometió un error al decir:
«Estableceré a mi iglesia», si

no es importante.

Y si podemos transitar la vida
cristiana solos, y cada quien

puede hacer lo que
sea, individualmente, sin

relacionarse con ningún otro
cristiano, entonces Jesucristo

cometió un gran error.

Mire todo el tiempo que
invertimos, los recursos que

usamos, y nuestros esfuerzos
para llevar el evangelio

a todo el mundo.

Si podemos hacerlo solos,
entonces ¿por qué la idea

de la iglesia?

Eso significaría que el reunirse
los creyentes todos los domingos

en las mañanas sería
totalmente innecesario.

Entonces, ¿por qué lo hacemos?

Sería decir que los cristianos
no se necesitan entre sí.

Podemos crecer espiritualmente,
solos, sin relacionarnos.

Pensemos en esto,
la vida cristiana

consiste en relaciones.

Nuestra relación con
Dios y con otras personas.

Nuestra vida cristiana es
nuestra relación con Él, pero

también es nuestra relación con
otros y veremos por qué

esto es tan cierto.

De lo contrario, cada creyente,
y estaría interpretando

conforme a su
punto de vista personal.

Es decir, implicaría poder
vivir piadosamente, y hacer la

voluntad de Dios, cumplir su
propósito en nosotros, sin

ningún tipo de relación con
un cuerpo local de creyentes.

Implicaría que alguien cometió
un grave error, y fue Cristo,

porque no era necesario.

Pero por otro lado,
preguntémonos: ¿Por qué Él

estableció la iglesia?

Sé que está dividida en
denominaciones, y todo eso, pero

no deje que eso le inquiete.

Hay que escoger un cuerpo de
creyentes con quienes podamos

relacionarnos, que crean lo que
creemos, y que enseñen la verdad

de la Palabra de Dios.

Que nos sirvan de guía
y dirección en la vida.

Fuerza y ayuda en tiempos
difíciles de sufrimiento y

dolor, que todos necesitamos
muchas veces en la vida.

Sin todo eso, ¿qué
clase de vida tendremos?

Pensémoslo una vez más.

¿Qué hace usted los domingos?

¿Qué clase de
relaciones realmente tiene?

¿Qué clase de
relaciones espirituales tiene?

Todos vivimos y
algún día moriremos.

Un día de estos
estaremos frente al Señor

para rendir cuenta
de nuestra vida.

Le diremos: «Yo sé que
debí ir a la iglesia»

pero sé que no lo dirá.

Y la pregunta es esta: ¿Cuál es
el propósito de Dios al decir:

«No dejando de congregarse»?

Es decir, los creyentes
debemos congregarnos

y adorar como un cuerpo.

Veamos lo que hace la iglesia.

Por ejemplo, lo primero que
debemos hacer es congregarnos

y adorar a Dios.

¿Cómo adoramos?

Cantamos, alabamos al Señor le
damos gracias por lo bueno que

hace por nosotros.

Intercedemos, recordamos sus
bendiciones en nuestra vida.

oramos, ofrendamos de nuestro
dinero en obediencia a Él,

¿qué hacemos?

Tenemos comunión unos con otros.

En segundo lugar, es que, y
es que el Señor quería que nos

congregáramos para
recibir instrucción

en la Palabra de Dios.

Escuchemos estos 2 versículos.

Regresemos a segunda de Timoteo,
capítulo 2 y veamos este pasaje.

Segunda de Timoteo 2, el apóstol
Pablo le escribe

al joven Timoteo,

dándole ciertas instrucciones.

Así que en Segunda de Timoteo 2,
versículo 15, escuche, dice así:

«Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado,

como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la

palabra de verdad».

Permítame preguntarle, sin
ninguna instrucción bíblica en

su vida, ¿cuánta verdad supiera?

Si quedara de su parte leer
la Biblia y entenderla toda.

Quizás diga: «Bueno, ¿significa
que no podemos estudiar la

Palabra de Dios sin un pastor?».

No estoy diciendo eso.

Solo digo que la Biblia enseña
que somos responsables de leer y

estudiar las Sagradas Escrituras
e interpretarlas apropiadamente.

Ahora, los problemas empiezan
así cuando las personas hacen

esto: encuentran un pasaje que
les gusta y en él se enfocan,

lo sacan de contexto y
dicen: «Creo esto».

Así empiezan las denominaciones.

Así nacen los grupos y sectas.

La gente escoge qué creer.

Mire, solo hay una forma de
interpretar la Biblia honesta,

genuina y adecuadamente.

Si me escucha diga amén.

Audiencia: Amén

Dr. Stanley: Se compara la
Biblia con la Biblia.

No la Biblia con mi opinión,
con mis deseos,

ni con lo que a mí me gusta.

Es decir, en la Palabra de
Dios no hay contradicciones.

Puede estudiarse por miles de
años y Dios sigue hablando.

Pero hay una advertencia, y
deseo que busquemos este pasaje

en Segunda de Timoteo, capítulo
4, los primeros versículos,

escuche lo que dice: «Te
encarezco delante de Dios

y del Señor Jesucristo,
que juzgará a los

vivos y a los muertos en su

manifestación y en su reino, que
prediques la palabra; que instes

a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con

toda paciencia y doctrina».

Mucha atención, él dice: «Quiero
que hagas esto en la iglesia,

por esta razón», escuche, el
versículo 3: «Porque vendrá

tiempo cuando no sufrirán la
sana doctrina, sino que teniendo

comezón de oír, se amontonarán
maestros conforme a sus propias

concupiscencias y apartarán
de la verdad el oído

y se volverán a las fábulas».

Una de las razones por las que
la gente confunde sus creencias

es porque escuchan
falsas doctrinas.

Note lo que dice aquí, dice–

«Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán».

No quieren la verdad.

¡No quieren la verdad!

Solo tienen comezón de oír, el
apóstol Pablo se refiere a que

quieren escuchar
algo que les guste.

En lo que respecta al propósito
de la iglesia no es solo

adoración e instrucción,
es hacer algo que

no podemos hacer solos.

Pensemos en esto: Él
dice, la Gran Comisión

nos abarca a todos.

Ir a todo el mundo y predicar
el evangelio a toda criatura.

Dios nos ha encomendado
evangelizar el mundo.

No podemos hacerlo
solos, individualmente.

Lo hacemos juntos.

¿Acaso cometió un error
Jesucristo al establecer

su iglesia?

No, no lo hizo.

Una de las razones principales
por las que Él estableció la

iglesia la vemos en este pasaje.

Vayamos a Segunda de
Timoteo capítulo 4,

una vez más por favor.

Veamos el versículo 3.

Dice así: «Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana

doctrina, sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán

maestros conforme a sus
propias concupiscencias».

Mucha atención ahora: «y
apartarán de la verdad el oído

y se volverán a las fábulas».

¿Cuál es el
propósito de la iglesia?

Protegernos.

Pero, ¿protegernos de qué?

De desviarnos y
alejarnos del Dios todopoderoso.

Porque he visto que, y cualquier
pastor diría lo mismo, cuando

los creyentes, miembros de
iglesias, por ejemplo, dejan de

ir a la iglesia–Es decir,
cuando dejan de asistir a la

Iglesia, al cabo de poco tiempo
uno se encuentra con que no solo

se han alejado de la
iglesia, sino que

se han apartado de Dios.

Todas las ideas que uno escucha.

Uno implica, es decir,
todas las tentaciones.

Todo lo que nos bombardea
continuamente día tras día.

La televisión, la radio, la
música y la clase de programas.

[retumbo]

en nuestra mente todos los días.

¿Qué nos mantiene
en el camino recto?

Esta relación.

Es decir, Dios creó la iglesia
no solo para instrucción,

adoración y para evangelizar
al mundo,

también para nuestra protección.

Nos necesitamos.

Y puedo asegurarle, si usted no
asiste a una iglesia, si no se

relaciona con ninguna, necesita
un cuerpo de creyentes con

quienes esté de acuerdo en la
doctrina que sea congruente con

la Palabra de Dios.

Y qué del tema de los
dones espirituales.

A algunos les dio el
don de organización.

A otros de exhortación, otros
compasión, unos benevolencia,

a otros el de profecía.

Y todos los dones espirituales
que Dios nos ha dado.

No son para ser ejercitarlos
para nosotros mismos.

Por ejemplo, mi don es
una mezcla de profecía

y exhortación.

¿Qué haré?

Pararme al espejo y decirme:
«Charles, endereza tu vida».

No, por ejemplo, si usted tiene
el don de organización, después

de organizar su
casa, ¿qué piensa hacer?

Y he ido a casas donde creo
que nadie tenía el don

de organización, está bien.

Lo que deseo que veamos es que
Dios nos ha dado a cada uno de

sus hijos un don espiritual
para ejercitarlo dentro

del cuerpo de Cristo.

Para eso nos lo ha dado.

No para nosotros mismos,
sino para darlo a otros.

Otra de las principales razones
de la iglesia, mucha atención,

escuche bien, todos nos
necesitamos unos a otros.

Ahora, en el Nuevo Testamento,
el apóstol Pablo habla más de 25

veces de cómo
relacionarnos unos con otros.

Así que leeré unos.

Escuche lo que dice, él
dice: Debemos, primero que todo,

debemos amarnos, edificarnos,
perdonarnos, aceptarnos,

alentarnos, servirnos, ser
pacientes unos con otros, ser

compasivos, amarnos
fraternalmente, amonestarnos

unos a otros, consolarnos
y motivarnos unos a otros,

confesar nuestros
pecados y tener compañerismo.

La iglesia se
trata de relaciones.

Al decir: «No dejando
de congregarnos…»

¿qué nos estaba diciendo?

Nos amonestó a ser sabios
en nuestra vida y en nuestra

relación con Dios y nuestra
relación unos con otros; y el

impacto que juntos
podemos tener en el mundo.

Pienso, por ejemplo en alguien
que solo puede ofrendar un par

de dólares a la
semana, algo así.

Y tal vez sea lo único que
tiene.

Otra persona puede dar más, no
se trata del dinero, porque Dios

nos usa a todos.

Pienso en quienes oran y
oran diligentemente a diario.

Es lo que hacemos.

La idea del cristiano solitario
no es una idea bíblica.

Todos nosotros, sin
excepción, tenemos la, una misma

importancia a los ojos de Dios.

Pero Él nos da distintos
dones y distintas relaciones.

Así que cuando alguien dice: «Me
puede ir bien sin la iglesia».

Le responderé que no.

Primero, implica que
Jesucristo cometió un error.

Que la iglesia no es necesaria,
que Dios cometió un error.

Y que todo este asunto de
la iglesia es innecesario.

Usted no ha pensado
bien en lo que hacemos.

La razón por la que puede
escuchar la verdad es porque un

grupo nos hemos unido y
dicho: «Queremos que

la gente escuche el mensaje».

Aportamos nuestro dinero,
nuestro tiempo, recursos,

nuestras vidas y fuerzas todos
juntos, para que pueda escuchar

la verdad.

Mi deseo es que seamos
sabios para darnos cuenta de que

tenemos la responsabilidad ante
Dios de congregarnos con otros

creyentes, donde escojamos, para
adorar a Dios, animarnos unos a

otros, y ser instruidos en la
verdad de la Palabra de Dios, y

cumplir con lo que Dios nos
ha encomendado

como miembros de su cuerpo.

[música]