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de Dios. Es una herramienta para
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[música]
locutor: En Contacto, con
el Dr. Charles Stanley.
Alcanzamos al mundo con el
evangelio de Jesucristo
por medio de una enseñanza
bíblica sólida.
Hoy en el programa En Contacto,
«¿Qué significa creer
en Cristo?».
Dr. Charles Stanley: ¿Qué
significa creer en Jesucristo?
A lo largo de la Biblia,
hallamos estos versículos que
hablan de creer en Él; pero ¿qué
significa?
Es evidente en la Biblia que
para que alguien reciba el
perdón de sus pecados para que
pueda ser salvo, como diríamos,
para ir al cielo, esa persona
debe poner su fe, debe creer,
debe poner su confianza en
Jesucristo.
Pero ¿qué significa creer en
Cristo?
De eso quisiera hablar en este
mensaje porque hay muchas
personas que piensan que creen
en Jesucristo, pero que no
entienden verdaderamente qué
significa.
Así que acompáñeme a Juan,
capítulo 3, y a este versículo
de la Biblia en Juan que es el
más familiar de todos,
Juan 3.16.
«Me lo sé de memoria», dirá.
Estoy seguro de que la mayoría
lo sabe, pero vayamos allá un
momento y leamos este versículo.
Cristo hablaba con un hombre muy
letrado, Nicodemo, acerca de su
relación con Dios y le dijo: «El
que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios».
Y así, durante esa conversación,
Cristo termina diciéndole en el
versículo 15: «Para que todo
aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna».
Y luego dice en el 16: «Porque
de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna».
O que viva para siempre.
Pero ¿qué significa creer en
Jesucristo?
Ese es el propósito de este
mensaje.
Y lo que quisiera hacer es
explicar, desde un punto de
vista bíblico, ¿qué significa
poner su fe en Él?
¿Cómo sabe que lo ha hecho?
Y es interesante en la Biblia
cuán claro lo dice Dios.
Por ejemplo, dice en Juan,
capítulo 1–
acompáñeme un momento.
Juan, capítulo 1, versículo 12,
dice: «Mas a todos los que le
recibieron, a los que creen en
su nombre, les dio potestad–o
el derecho–de ser hechos
hijos de Dios».
Creer en su nombre.
El nombre, por ejemplo, el
nombre representa
todo lo que alguien es.
Así que cuando alguien cree en
el nombre del Señor Jesucristo,
es lo mismo que creer en Él.
Recordará, por ejemplo, en
Hechos 16, versículo 31, cuando
el carcelero de Filipos y ah,
Pablo hablaban, él dijo: «¿Qué
haré para ser salvo?».
Y Pablo dijo: «Cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo».
Recordará en Romanos, capítulo
1, Pablo dijo: «No me avergüenzo
del evangelio, porque es poder
de Dios para salvación a todo
aquel que cree».
Es decir, el
evangelio de Cristo,
para todos los que creen en Él.
Por ejemplo, dice en Romanos
capítulo 5, versículo 1:
«Justificados, pues, por la fe
que significa ser declarados no
culpables, sino justos, salvos
según Dios–justificados, pues,
por la fe, tenemos paz
para con Dios».
Dice en Efesios 2.8 y 9: «por
gracia sois salvos por
fe; y esto no de vosotros, pues
es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe».
Podríamos recorrer todo el Nuevo
Testamento, un versículo tras
otro y otro, y otro, y todas las
veces hay que tener confianza,
creer en el Señor Jesucristo.
Así que el asunto está muy claro
en cuanto a lo que hay que
hacer; pero ¿qué significa?
Creo que hay mucha gente por ahí
que está engañada, que
verdaderamente cree que en algún
punto del camino ha creído en
Jesucristo y, por tanto, es
salva, está tranquila, es salva.
Lo que quisiera es que pensemos
un momento en qué piensan estas
personas y cómo piensan cuando
dicen: «Sí, yo también creo».
Creo que hay personas que
sinceramente le dirían:
«Sí, creo en la Biblia.
Yo creo en Dios.
Creo en Jesucristo».
Y, por tanto, piensan que son
salvos.
Lo que dicen es esto: «Creo en
los hechos.
Esta es, esta es la Biblia, esta
es su Palabra.
Creo que la Biblia enseña
sobre Dios y la Biblia
enseña sobre Cristo.
Creo todas esas cosas».
Hablan de creer en los hechos.
Luego, alguien viene y dice:
«Bueno, yo sí creo,
seguro que creo en Cristo.
Mi madre creyó en Cristo, mi
abuela creyó en Cristo, toda mi
familia creyó en Cristo; claro
que creo en Cristo».
Lo que dicen es esto: «Sí, creo
en el hecho de que hubo un
hombre como Jesucristo».
Bien, la verdad es que el grado
y la calidad de su creencia es
como si usted les dijera: «¿Fue
a la escuela?».
«Sí»
«¿Estudió historia?»
«Sí».
«¿Cree que hubo un hombre
llamado George Washington?»
«Sí, lo creo».
«¿Cree que hubo
un Abraham Lincoln?»
«Sí, creo».
«¿Cree que existió alguien
llamado Jesús?»
«Sí, lo creo».
Misma categoría, mismo nivel y
calidad de creencia.
Creen en los hechos sobre una
persona.
No es la fe del Nuevo
Testamento.
Así que usted llega y le dice a
alguien: «Bueno, ¿usted cree,
eh, cree en Dios?».
«Sí, yo creo en Dios.
Siempre he creído en Dios.
La abuela creía en Dios,
yo creo en Dios;
siempre he creído en Dios.
No crea que soy ateo.
Solo porque no vivo como
quiere que viva no significa
que no crea en Él.
Me siento confiado en que
al morir iré al cielo;
creo en Dios».
Si le pregunta a alguien
más, dirá: «Sí».
Y lo que dicen es «que creen en
el Dios del que habla la Biblia.
Pregúntele a alguien más:
«¿Usted cree?».
«Esto es lo que creo:
Creo que hay un Dios;
que no quede duda alguna.
No creo en toda esta idea
de la evolución.
Creo que hay un Dios y, por
tanto, creo que sí creo en Dios;
estoy bien, soy salvo e iré al
cielo porque creo en Dios».
Mucha gente piensa que creen
conforme a la Biblia,
en Dios, en Jesús, lo suficiente
para su perdón
o para ir al cielo.
Y en verdad lo creen pero
cometen un error
y aquí está el error.
El error es este, solo porque lo
admite, es decir,
que está de acuerdo con algo en
que si creo que es cierto
y si concuerdo con el hecho de
que si Dios dijo eso
y la Biblia es cierta, eso no
significa que tenga la fe
del nuevo testamento.
Hay una diferencia entre creer
conforme a la Biblia
y estar intelectualmente
dispuesto a afirmarlo
o concordar con alguien, sí creo
que esos hechos son ciertos.
Y entonces muchas veces en lo
que creen es en los hechos.
Creen en la verdad.
Hay una diferencia entre afirmar
con el intelecto la veracidad de
un hecho o afirmar
intelectualmente la verdad
de lo que usted dice, y
poner su confianza,
su fe en Jesucristo
como su Salvador.
Es una enorme diferencia.
Ahora viene esta pregunta: ¿Cuál
es la causa de este tipo de
engaño en el que la gente vive?
Bueno, creo que algunos de
verdad no entienden y
malinterpretan la Biblia cuando
esta dice ‘creer’.
Lo ponen a nivel de
la creencia diaria.
«Sí, creo que ese
piano está ahí».
«Sí, creo que podré levantarme e
ir a trabajar mañana».
«Sí, creo que mi auto
arrancará cuando le ponga
la llave en el encendido».
Así que ponen todas esas
creencias en la misma categoría,
y entienda no
estamos hablando de eso.
Y realmente malinterpretan.
Una segunda razón es esta.
Creo que las personas, a
propósito, deliberadamente
limitan, mire, limitan lo
que su fe abarca.
Y llegan a esta conclusión:
«Esto es lo que creo.
Creo que hay un Dios.
Y creo que es bueno.
Creo que un día, cuando muera,
iré al cielo, como cualquier
otro, porque creo que soy tan
bueno como cualquiera;
y, por tanto, creo en Dios».
Y así, ¿qué hacen?
No ahondan en la Biblia.
No ahondan en esto de Jesucristo
y nacer de nuevo.
Deliberadamente, limitan la
calidad y el grado y, escuche,
ellos limitan la extensión
de su fe.
¿Solo la limitan a qué?
A su estilo de vida.
«Si se espera que crea algo que
inhiba mi estilo de vida; si se
espera que crea en algo que ah,
limita la forma en que quiero
vivir, entonces mi fe se limita
a creer en Dios y en Cristo, en
el tipo de persona que
creo que Él era
y el tipo de persona que
creo que es Dios.
Y, por tanto, lo malinterpretan.
Es un malentendido deliberado.
Y quiero que escuche, nunca
llegará al cielo si esa es su
idea de creer en Jesucristo.
Luego, están esas personas que
han sido engañadas.
Van a la iglesia…
Y creo que esto es muy
importante; por eso le dedico
este tiempo hoy en este mensaje
porque, por ejemplo, muchas
veces los niños van a la escuela
dominical, la bíblica,
la bíblica de vacaciones.
Muchas veces, en los
avivamientos, hay un gran
entusiasmo y una gran presión.
«Tal como soy, de pecador, sin
más confianza que tu amor».
Y alguien les dice: «Vengan a
Cristo, vengan a Cristo,
crean en Cristo».
Y muchas veces la invitación es
tan imprecisa; la invitación
está tan alejada de una
invitación bíblica, que la gente
va por el pasillo y no están
seguros de lo que deben creer.
«Solo crea en Cristo».
Bueno, si yo estuviera ahí y
alguien dijera: «Si cree en
Cristo y viene al altar y nos
dice que cree en Cristo,
irá al cielo al morir», yo
aceptaría esa invitación
si eso fuera todo.
Porque, mire, la mayoría de las
veces la idea es que crea
en Él como un hecho.
Es decir, creer en el hecho de
que Él era y Él es y demás.
No es suficiente.
Muchas veces la gente es
engañada.
No digo que alguien los engañe a
propósito, solo digo esto:
Hay que tener mucho cuidado.
Cuando un niño, por ejemplo,
dice: «Ah, quiero ser salvo»,
que ayudemos a ese niño a
entender lo que significa ser
salvo y qué significa creer
en Jesucristo.
Porque a cualquier niño que
crece con padres que aman al
Señor y lo traen a la iglesia,
si le dice: ¿Crees en Cristo?
«Claro que sí.
Mi madre cree en Cristo,
mi padre cree en Cristo,
mi pastor cree en Cristo,
yo creo en Cristo».
¿Qué significa creer en Él según
la Biblia?
Muchas veces una persona es, es
engañada.
Y así, no entiende de verdad lo
que cree.
Bien, tenemos que hacernos esta
pregunta: ¿Qué significa poner
su fe en Jesucristo para el
perdón de sus pecados y que el
Espíritu Santo venga a vivir en
su interior y en su vida?
¿Qué significa saber en su
corazón que se relaciona con
Dios de tal modo que al
morir, muera cantando:
«Sublime gracia del Señor
que a un infeliz salvó.
Fui ciego mas hoy veo yo,
perdido y Él me halló», con
absoluta, total y perfecta
seguridad?
Alguien dirá:
«¿Puede una persona estar
realmente tan segura?».
Vamos a 1 Juan.
Apocalipsis, Judas, Tercera,
Segunda, Primera.
Vea lo que dice Juan.
Dice así: «Esta es la razón por
la cual les escribo esta
epístola»–a quienes eran
sus lectores.
Dice, por ejemplo, versículo 13
de 1 Juan, capítulo 5.
Dice así: «Estas cosas os he
escrito a vosotros que creéis en
el nombre del Hijo de Dios,
para que sepáis
que tenéis vida eterna».
Muy importante que entendamos
qué significa creer porque
nuestra vida eterna
depende de ello.
Escuche lo que dice.
Versículo 13: «Estas
cosas–todo lo que escribió
en los primeros capítulos.
Estas cosas–os he escrito a
vosotros que creéis en el nombre
del Hijo de Dios, para que
sepáis–dice, dice así: para
que sepáis–que tenéis
vida eterna».
Dios quiere que pongamos nuestra
fe en Él para salvación.
Dios quiere que sepamos, quiere
que tengamos una absoluta,
inquebrantable e incuestionable
seguridad de que tenemos una
relación con Él; que de ninguna
forma puede ser manipulada
por el diablo o alguien más.
Absoluta seguridad, esa es la
voluntad de Dios.
Bien, si ese es el caso,
volvamos a lo que dice en Juan,
capítulo 3, versículo 16.
Dice así: «que todo aquel
–escuche, todo aquel que en él
cree–¿qué sigue?–no se pierda,
mas tenga vida eterna».
Bien, quisiera que anote 3
cosas.
Le daré 3 palabras y puede
anotarlas en algo, pero debe
guardarlas en algún lugar, en la
parte de atrás de su Biblia.
Esta no es la principal ah
definición que les daré, pero es
una parte muy importante.
¿Qué significa creer en Cristo?
Bueno, antes que nada, si voy
a creer en algo,
debo tener conocimiento.
Primera palabra: conocimiento.
Si voy a creer en algo, creer
¿en qué?
¿Qué es esto?
¿Por qué esto?
¿De dónde vino?
¿Cuál es su origen?
¿Qué debo creer?
Primero, si voy a poner mi fe
en Jesucristo como
mi Salvador personal, debo creer
algo.
¿Qué es lo que debo creer?
Primero, debe haber
conocimiento.
Hay cosas muy básicas que son
realmente esenciales que yo crea
si voy a ser salvo, si he de
creer en Cristo como mi
Salvador, si he de ir
al cielo al morir.
Número 1 es esto: Debo
creer que Jesucristo
es Deidad, que es Dios.
Si no cree eso, pasará esto; vea
esto: Si Jesucristo no es Dios,
no está, escuche, no está
sentado en el trono
con el Padre celestial.
¿Sabe que sería Él?
No sería más que un hombre que
está aquí, al mismo nivel del
resto de los hombres que tienen
nuestra naturaleza y nuestra
maldad y que andan
a veces en la carne.
Es decir, si no es Deidad,
entonces, ¿qué podría hacer por
mí si fuera solo un hombre?
Así que debo creer que
Jesucristo es Dios.
Lo segundo que debo creer es
esto: que soy pecador y mi
maldad me ha separado de Dios; y
mi única esperanza de salvación
viene mediante Dios.
Es decir, debo creer y reconocer
que soy pecador.
Debo creer que Jesucristo es
Deidad y es Dios.
Debo creer que mi maldad me ha
separado de Dios.
La Biblia dice que nuestros
pecados nos separan de Dios.
Debo creerlo.
Lo tercero que debo creer es
esto: Debo creer que Jesucristo
murió en la cruz por mi pecado y
que, al morir, pagó por mi
pecado en su muerte.
Usted dirá: «¿Cuánto de esto
debía saber cuando fui salvo?».
Llegaré a eso.
Solo espere.
Primero, debo creer,
debo creer sin sombra de duda,
que Jesucristo es Dios.
Segundo, debo creer que mi
maldad me ha separado de Él y
que necesito ser salvo por
algo que Él hará por mí
que no puedo hacer solo.
Número 3, debo creer que
Jesucristo fue a la cruz
y murió por mi pecado.
La cuarta cosa que debo creer es
que Jesucristo no solo murió por
mi pecado, sino que resucitó de
la tumba.
Porque mire, si
Jesucristo solo murió,
no puede hacer nada por mí hoy.
Mire, Él murió por mis pecados y
resucitó; y su resurrección
valida cada cosa que afirmó y
todo lo que hizo.
La primera palabra, lo primero
necesario para la fe del Nuevo
Testamento es conocimiento.
La segunda palabra es:
convicción.
Significa estar verdadera y
total, escuche, totalmente
convencido de algo.
Por tanto, al hablar de creer en
el Señor Jesucristo, yo, yo
creo, que estoy, mire,
completamente, estoy
completamente convencido y
persuadido de que lo que la
Biblia dice sobre Él es verdad.
Estoy convencido y persuadido de
que Él es quien dice ser.
Convencido
y plenamente persuadido
de que Él hará lo que dice.
Convencido.
Es decir, si no hay convicción,
por ejemplo, estar persuadido de
lo que dice de mi pecado, que me
separa de Dios; totalmente
convencido y persuadido de lo
que Él dice sobre mi pecado, que
moriré sin Cristo y estaré
eternamente separado de Él;
porque, mire, si no hay
convicción, no me moveré,
no me rendiré.
No basta con el conocimiento de
los hechos sobre Jesucristo:
quién fue, quién es y lo que
dice que hará; ni es suficiente
estar completamente persuadido y
convencido de que esto es
verdadero, aunque es muy
importante.
Porque al pensar en función de,
de la convicción, recuerde que
Cristo dijo en Juan, cuando
hablaba de la venida del
Espíritu Santo, dijo: «El
Espíritu Santo vendrá»;
y vendrá a hacer ¿qué?
A convencer al
mundo de pecado,
de nuestra maldad; a convencer
al mundo de la justicia de
Cristo.
Lo que significa que era tan
recto, tan santo y tan puro que
pudo morir por nuestros
pecados y convencer al mundo
del juicio por venir.
¿Qué significa eso?
Significa que cuando el Espíritu
Santo venga a nuestra vida y
obre en nosotros,
¿qué es lo que hará?
Una de las primeras cosas que
hará es redargüirnos,
convencernos y persuadirnos del
pecado y la necesidad de Dios.
Él nos persuadirá de que la
muerte de Jesucristo fue un pago
idóneo de nuestro pecado; nos
persuadirá de que vendrá un
juicio y lo único que me
preparará para ese juicio es
tener una relación
correcta con Dios.
Por lo tanto, primero, debe
haber conocimiento.
¿Segunda palabra?
Convicción.
Digamos de nuevo la primera
palabra.
La primera palabra es ¿cuál?
Conocimiento.
Segunda palabra es ¿cuál?
Convicción.
¿Cuál es la tercera?
La tercera palabra es confianza.
La tercera palabra es confianza.
Bien, al confiar, vean
lo que hago:
Paso de los hechos
a la convicción.
Paso de ser un, un observador
interesado a involucrarme en una
relación personal con
Jesucristo.
Entonces, ¿qué he hecho?
Pasé de conocer los hechos, de
saber que debo hacer algo, de
saber que Dios trata de hacer
algo en mi vida, y ahora me,
ahora me adentré en una relación
personal, me adentré en un
compromiso personal con una
Persona, Jesucristo.
Verá, siempre es creer en Él,
creer en su nombre.
No solo, escuche, no solo es
creer en el evangelio, sino en
la Persona del evangelio.
Mire, en estos versículos,
versículo tras versículo,
¿qué hallamos?
Lo hallamos hablando de poner
nuestra confianza en Él.
«Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel
que en él cree…».
No solo cree, sino que cree en
Él como Persona.
Por tanto, no basta con solo
creer en lo que dijo, como algo
cierto, sino que debo poner mi
confianza en Él.
Bien, debe haber 3 palabras.
¿Primera palabra?
Conocimiento.
¿Segunda palabra?
Convicción.
Y ¿la tercera es?
Confianza.
Bien.
Ahora le daré una definición
simple.
Quisiera que la escriba.
Bien, ya sea que usted la
escriba, o su esposo o su esposa
o sus hijos, háganlo.
Voy a decirla y luego volveré y
la diré muy, en frases cortas,
para que lo entienda.
Le dije al Señor: «Ayúdame;
permite que lo diga de forma
breve»; para que usted
pueda decirle a alguien:
‘Esto significa creer
en Jesucristo'».
Usted dirá: «Bueno, ¿puedo
escribir en la Biblia?».
¡Por supuesto!
Marque palabras, coloréelas, lo
que quiera.
Escuche, eso la hace valiosa.
Perdí mi Biblia favorita.
No la perdí, alguien robó mi
Biblia favorita.
La tenía en un maletín y lo
único que tenía era mi Biblia y
un Nuevo Testamento griego y una
pluma y alguien la robó.
Ofrecí 500 dólares.
Era mucho dinero en ese tiempo.
500 dólares a cualquier
estudiante que buscara en los
basureros y encontrara
mi Biblia.
Nadie la halló.
Bueno, ¿qué importancia tenía?
Le diré.
Porque tenía escrito
todo tipo de fechas
y cosas que yo ponía ahí.
Era especialmente valiosa para
mí porque decía algo sobre lo
que Dios hacía y había hecho en
mi vida.
Escriba en su Biblia.
No se preocupe.
¿Está listo?
Estamos hablando ahora de qué
significa creer en Jesucristo.
Creer en Jesucristo es tener la
firme convicción de que Él es lo
que la Biblia dice, hará lo que
promete y, al poner mi confianza
en Él, puedo entrar en una
relación personal y eterna
con el Hijo de Dios.
Creer en Cristo es tener una
firme convicción; es una
convicción imperiosa
dentro de mí.
«Debo creer esto: Que Él es lo
que la Biblia dice, cumplirá sus
promesas, hará exactamente lo
que dice que hará.
Y, al poner mi confianza en Él,
al comprometerme con Él, entro
en una relación personal y
eterna con el Hijo de Dios.
Y podría decir mucho sobre
el perdón de los pecados,
ir al cielo; que todo eso–
todo eso es, es el resultado de
poner mi fe en Él; todo eso es
el resultado de creer en Él.
Y decir que poner mi fe en él
significa que, que le apuesto a
Él, afirmo que lo que Él dice es
verdad y estoy dispuesto a
arriesgar mi futuro
eterno en eso.
¿Cuántos al mirar hacia atrás en
su vida y dicen: «Sé que cuando
me uní a la iglesia, tenía el
conocimiento, para creer que
Jesucristo es el Hijo de Dios, y
entendí lo que significaba poner
mi fe en Él y aceptarlo,
recibirlo como Salvador»?
«Mas a todos los que le
recibieron–no hechos,
a los que lo recibieron–les dio
potestad de ser
hechos hijos de Dios».
¿Usted está seguro de que ha
puesto su fe en Él?
Bien, como dije, no critico,
simplemente digo esto: Puede
creer muchas cosas como hechos,
pero ¿alguna vez ha dejado de
ser un observador, un creyente
distante para entrar en una
relación personal con
Jesucristo, al poner su fe en Él
como su Salvador personal?
¿Alguna vez ha dicho: «Señor
Jesús–o Jesús–yo creo que
eres el Hijo de Dios; sé que mis
pecados me han separado de ti;
te pido que me salves y pido, te
pido que me salves basado en el
hecho de que moriste en el
Calvario y creo que moriste por
mis pecados, y creo que, al
morir por mis pecados, haces
posible que yo sea perdonado y
que, al morir, vaya al cielo»?
Como quiera que hayan sido sus
palabras, ¿se lo ha dicho?
¿Alguna vez lo ha hecho?
¿O es una de esas personas que
dice: «Creo.
Mientras crea algo,
es lo que importa».
No, no es todo lo que importa.
Esto sí importa.
Importa esto, que cuando muera,
estará en la presencia de un
Dios santo y dará cuenta
de su vida.
Ninguna excusa será aceptable
porque, mire, tanto lo amó Dios,
que dio a su Hijo unigénito, lo
envió a este mundo a vivir entre
nosotros, en la carne, sin
pecado, para ir a una cruz a ser
crucificado; y puso sobre Él
toda la deuda del pecado suya
y del mundo entero.
Así es como lo ama Él.
No puede negar a su Hijo, decir
no a su Hijo, ignorar a su Hijo,
cuando, según la Biblia, todo,
mire, todo el plan redentor de
Dios depende de la cruz.
Todo está ahí.
Por eso, por eso el
apóstol Pablo dijo:
«Solamente me
glorío en la cruz».
¿Por qué?
Ahí es donde Cristo hizo posible
que seamos perdonados de nuestro
pecado y tengamos la seguridad
absoluta de que, al morir,
pasaremos la eternidad en el
cielo con todas las cosas
gloriosas que Dios nos ha
provisto.
¿Ha dicho alguna vez: «Sí, creo
en el testimonio de la Biblia;
creo que eres el Hijo de Dios;
creo que mis pecados me han
separado de ti; creo que moriste
en la cruz; creo que
resucitaste; creo que estás
sentado a la diestra
del Padre aun ahora.
Te pido que me perdones mis
pecados y pongo mi fe en ti; sé
que harás lo que dijiste: Me
perdonarás y me pondrás
en tu familia».
En el momento en que lo haga,
así de rápido, llegará a ser un
hijo vivo de Dios, salvo por
siempre y para siempre.
Recuerde la definición: Entrar
en una eterna y personal
relación con el
Señor Jesucristo.
Padre, te agradecemos porque
puedes tomar un versículo como
Juan 3.16 y meter y acuñar tanta
verdad, que ni en toda una vida
podríamos agotar el
significado de ese versículo.
Si lo tomáramos
palabra por palabra,
nunca podríamos agotarlo.
Hay tanto de ti mismo, de tu
amor por el mundo, tu provisión
de salvación, tu regalo
de vida eterna.
Y gracias por decir que tanto
amaste al mundo, que era tu modo
de decir: ‘Te amo, te amo, te
amo’ y tu modo de describir
el incomparable amor, el
inestimable amor,
inconmensurable amor que
tienes por
cada uno de nosotros, tanto, que
somos objetos de tu amor.
También dijiste que pagarías el
precio completo en la muerte de
tu Hijo, de modo que no hay
precio que pagar ni una obra que
hacer para ser salvos, sino solo
poner nuestra fe en ti, creer
que eres el Dios que dices ser y
harás exactamente lo que dices.
Y solamente esa fe producirá
nuestra aceptación,
nuestra salvación y vida eterna.
Te bendecimos en el nombre de
Cristo, amén.
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