La estrategia de Satanás para vencernos – Dr. Charles Stanley

¿Por qué experimentamos derrotas espirituales, incluso después de la salvación? Algunos se burlan de la idea de un diablo real, pero las Sagradas Escrituras afirman que Satanás existe. Sus objetivos son alejarnos de Dios, frustrar los planes de Dios y causar división. En este mensaje, el Dr. Stanley analiza el campo de batalla de Satanás, sus muchos esfuerzos por desviar y engañar, y las maneras en que la Palabra de Dios es nuestra mayor protección contra las mentiras del enemigo. Para más mensajes de Charles Stanley, incluyendo la transmisión de esta semana, visite www.encontacto.org/vea

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Dr. Stanley: Muchas
personas pasarán toda su vida

y se preguntarán
por qué no les va muy bien.

Aceptaron a Cristo como su
Salvador personal, pero sufren

una derrota tras otra.

Y no saben por qué.

No se dan cuenta de que tienen
un enemigo, un enemigo muy real;

un enemigo de quien se ríen,
lo critican y dudan,

pero que es muy, muy real.

y tiene 3 metas:
alejarnos de Dios,

desviar el propósito de Dios en
nuestra vida y dividirnos.

Satanás es una persona muy real.

Así pues, en este mensaje deseo
hablar de La estrategia de

Satanás para vencernos, a todos,
a cada uno, no ha dejado

a ninguno tranquilo.

Cuando alguien me dice: «No creo
en el diablo», creo que eso es

como estar en una pista con
un montón de leones y decir:

«No, no creo en los animales».

Se lo aseguro: Satanás es real,
es mentiroso, un impostor,

y muchísimas personas son
engañadas, y su engaño es muy

evidente cuando dicen: «No creo
en tal persona como el diablo».

Y deseo que leamos
un pasaje bíblico de Romanos 8,

luego deseo que hablemos
de su estrategia.

¿Cómo nos vence Satanás?

¿Cuál es su estrategia?

Romanos capítulo 8, comencemos
en el versículo 5: «Porque

los que son de la carne».

O sea, viven en pecado,
no han aceptado a Cristo

como su Salvador, quizás
«son de la carne piensan

en las cosas de la carne;
Permítame definir la carne.

No nos referimos a carne,
huesos, piel y sangre,

sino a ese impulso interno
en nosotros que se opone a Dios.

Hay algo en cada uno de nosotros
que se opone a Dios, y Pablo lo

llamó la carne: «Porque los que
son de la carne piensan en las

cosas de la carne; pero los que
son del Espíritu, O sea, tenemos

al Espíritu Santo en nosotros,
confiamos en Él: «en las cosas

del Espíritu.

Mire: «Porque el ocuparse».

Y recuerde: la mente es el
espacio y el campo de batalla

del diablo.

Mire, él hace toda su labor
en la mente.

Quizás llegue a los pies,
pero él trabaja en la mente,

está allí.

“Porque el ocuparse
de la carne”.

O sea, una mente ocupada en lo
que quiere el diablo,

mucha atención, “es muerte”.

Vea eso:

«Porque el ocuparse
de la carne es muerte,

pero el ocuparse del Espíritu.

O sea, del Espíritu Santo:
es vida y paz, «Por cuanto

los designios de la carne
son enemistad contra Dios;

Considere su mentalidad, sus
pensamientos, cuánto tiempo

de día dedica a pensar
en cosas que quizás

no debería o en gente,
o lo que sea.

Dijo: “los designios de la carne
son enemistad contra Dios”.

No se puede pensar en algo
santo y hostil a la vez:

Porque no se sujetan
a la ley de Dios,

ni tampoco pueden;
O sea, la mente controlada

por el diablo no será controlada
por Dios al mismo tiempo.

Los que viven según la carne
no pueden agradar a Dios.

«Mas vosotros no vivís según la
carne, sino según el Espíritu,

si es que el Espíritu de Dios
mora en vosotros.

Y si alguno no tiene el Espíritu
de Cristo, no es de él.

Capte ese versículo: Y si alguno
no tiene el Espíritu de Cristo,

morando en ellos no es de él.

Así que al preguntarle
a alguien: «¿Es cristiano?».

«Claro que lo soy».

«Pues ¿en qué se basa para decir
que es cristiano?

«Bueno, crecí en un hogar
cristiano.

Iba a la escuela dominical
cuando era niño.

Fui bautizado y he tratado de
dar lo mejor de mí, todos estos

años así que sí, lo soy».

No siempre es el caso.

Hay gente que ha hecho todo eso,
sin aceptar a Cristo como

su Salvador personal.

Entonces, al hablar de la obra
del diablo, su obra principal

es engañar, mentir.

Él es un mentiroso desde
el principio.

Lo dice la Palabra de Dios,
lo dijo Jesucristo,

es un mentiroso.

Cuando sea que escuche
que el diablo le habla,

escucha a un mentiroso.

Entonces, al ver todos estos
pasajes en 2 de Corintios,

por ejemplo, deseo que vayamos
a 2 de Corintios, solo un par de

versículos aquí, y veamos lo que
dice Pablo en el versículo 4,

dice: «en los cuales el dios
de este siglo ¿Quién es el dios

de este siglo?

Satanás.

Cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les

resplandezca la luz del
evangelio de la gloria

de Cristo, el cual es la imagen
de Dios.

¿Qué hace él?

Satanás es un mentiroso.

Él es el origen de mentir, es un
mentiroso, engañoso, y hace que

la gente desconfíe de Dios
Todopoderoso.

Y la verdad es que todos somos
un campo de batalla.

Hay algo en nuestra mente, aun
siendo creyentes, nuestra mente

también es un campo de batalla
para el diablo.

¿Quién hace que mintamos en un
momento sobre algo si bien

sabemos qué no es lo debido?

O ver con lujuria,
o aprovecharnos,

o en el caso que sea.

Satanás está muy activo.

Ahora, él no puede subyugar
a un hijo de Dios a menos que le

demos permiso, porque tenemos al
Espíritu Santo en nosotros quien

nos recuerda que Cristo murió
en la cruz, dio su sangre para

perdonar nuestros pecados.

Quien vive en nosotros,
nos ha sellado, mucha atención,

hemos sido sellados por
el Espíritu Santo, como hijos

de Dios no podemos perdernos.

¿Vivir en pecado?
Sí.

¿Desobedecer a Dios?
Sí.

¿Sufrir las consecuencias?
Sí.

Solo que seamos creyentes no
significa que podemos pecar

contra Dios sin consecuencias,
el pecado siempre trae

consecuencias.

Son las mentiras de Satanás
que convencen a la gente de

que pueden hacer esto, aquello
y lo otro, desobedecer a Dios

y pensar: «Bueno, no es tan malo
y nadie es perfecto».

Mire, Satanás tiene un bolso
lleno de trucos.

O sea, él está dispuesto a
mostrarnos cómo arreglárnoslas,

cómo hacer esto y aquello,
a menudo mintiendo contra

lo que sabemos que es
la verdad absoluta.

Piense en su propia vida,
¿con qué frecuencia es tentado

a hacer algo que sabe que
no está bien, pero piensa: «Pues

no es tan malo, soy salvo»?

He escuchado a la gente discutir
al respecto, dicen: «Bueno, sé

que no llevo una vida consagrada
pero la Biblia dice que mi

nombre está en el Libro de la
vida del Cordero y soy salvo».

Así es, si lo es.

También dice que Dios nos
castigará.

No porque no nos ame sino porque
nos ama.

Porque quiere captar nuestra
atención para que recordemos a

quién escuchamos.

¿Escuchamos al diablo o a Dios?

O escucha a Dios o escucha al
diablo.

Y esta es una advertencia, un
aviso de que Satanás está

dedicado a nuestra destrucción.

Así que quisiera que pensáramos
por un momento en su estrategia,

así opera.

Siempre trabaja para hacer todo
en su poder para desviarnos

y destruirnos porque damos
testimonio del Hijo de Dios,

su amor y su gracia.

Así que pensémoslo un momento,

así opera Satanás,
¿le interesa eso?

Así opera él:

Dirige nuestra atención hacia
una necesidad o un deseo.

De esa manera siempre entra,
comienza con eso.

Por ejemplo, allí estaban Adán
y Eva en el huerto del Edén.

Todo era tan perfecto,
mejor imposible.

Lo tenían todo.

Se tenían el uno al otro.

Todo perfecto.

Lo único que no tenían era
el fruto del árbol de

la ciencia del bien y del mal.

Vea que todo lo demás
era perfecto.

Entonces, ¿qué hace Satanás?

Les señala lo único
que no tienen.

¿Cuántos hombres y mujeres
señalan a otra persona

con lujuria porque tienen todo
lo que necesitan en la vida,

salvo a él o a ella?

Y ¿cuántas decisiones se toman
no porque la gente

no tenga algo, sino porque
les falta algo en particular?

Satanás es un mentiroso, un
engañador, y una de las primeras

cosas que hace es señala algo en
nuestra vida que no tenemos.

No nos recuerda lo mucho que sí
tenemos: cuán bendecidos somos,

contamos con salud,
transporte, vivienda y ropa.

Señala lo que no tenemos:
«¿Qué tal si tuvieras eso?».

Él es un mentiroso,
un engañador, y usa las mismas

tácticas que usó en el huerto.

¡Uno pensaría que
ya lo hubiéramos pillado!

¿Cómo opera él?

Nos señala lo que no tenemos,
por si queremos sentirnos

completos, buscamos tenerlo.

¿Le dio satisfacción a ella?

No.

Y no satisface a la gente hoy.

Una de sus tácticas es poner
nuestra atención en algo que

creemos que necesitamos.

La segunda, mucha atención,
Satanás escoge

el momento oportuno.

Él sabe cuándo somos
más vulnerables.

Cuando Jesucristo había ayunado
40 días y 40 noches,

¿qué le dijo el diablo?

«Oh, has estado ayunando,
glorificando al Padre.

Pues, solo tienes que convertir
esa piedra en pan,

y quedarás satisfecho».

Lo que habría quebrantado
la voluntad y el propósito y

el plan del Padre para su vida.

El diablo hace lo mismo.

O sea, sabe el momento
en nuestra vida.

Entonces al estar hambrientos,
enojados, solos o cansados,

somos más vulnerables.

Hambrientos, enojados,
solos, cansados, piénselo.

Alto, recuerde esto, alto.

Si comienza a sentirse
hambriento, enojado,

solo o cansado, ¡alto!,
deténgase a pensar:

«Ahora soy más vulnerable
a un ataque satánico».

¿Captó eso?

Un ataque satánico es un ataque
de Satanás en uno de esos

aspectos de su vida
en el cual es más vulnerable.

Cuando tiene hambre,
¿cómo se siente?

Cuando se enoja,
¿cómo se siente?

Cuando está solo,
¿cómo se siente?

¿Y cuando está cansado
y exhausto?

Somos lo más vulnerables y ahí
es cuando Satanás atacará.

Él sabe justo cuándo y cómo
atacarnos, conoce nuestros

puntos más débiles.

Todos tenemos al menos
una debilidad.

Así opera él.

Lo tercero que hace es:
Crear duda en nuestra mente.

Este Libro desde Génesis
hasta Apocalipsis

es la Palabra del Dios vivo.

Toda es verdad, no parte verdad,
toda la verdad.

El diablo nos atacará
en esos aspectos en los que

somos más débiles,
y crea duda en nuestra mente.

Esa es su táctica:
crear duda en nuestra mente.

Entonces, si yo le preguntara,
¿cree usted la Palabra de Dios?

¿Qué diría?

Pues ¿la cree toda?

O sea,
¿cree toda la Palabra de Dios?

¿Qué de esto?

«Mi Dios suplirá todo lo que les
falta conforme a sus riquezas

en gloria en Cristo Jesús».

¿Cree eso?

Bueno, ¿por qué peca
para suplir sus necesidades?

Mire, el diablo es un mentiroso.

Es un engañador.

Le engañará, le jugará sucio
como pueda para que lo siga a él

y no a Cristo.

Entonces, si puede crear duda
en nuestra mente respecto

a la Palabra de Dios.

Esa es una duda peligrosa,
si puede crear duda en nuestra

mente respecto a la Palabra
de Dios, no tendrá solo un pie

en nuestra vida, sino toda
una atadura y un firme apretón.

Así opera Satanás:
Obra en nuestros deseos,

en nuestros puntos
más vulnerables,

crea duda en nuestra mente.

Y le encanta esto: Quiere
que caigamos en discusiones,

y discutir con él es desastroso.

Cristo dijo: «Está escrito.

Está escrito.

Está escrito».

Eso es lo que ha dicho el Padre.

Cuando alguien quiera debatir
con usted sobre lo que es bueno

y lo que es malo,
solo deles la Palabra de Dios.

Quizás diga: «No conozco
la Palabra de Dios».

Por eso debe leerla.

No basta solo venir a la iglesia
y escuchar un sermón de vez

en cuando, y creerse apto
para confrontar al diablo.

Mire, no somos aptos para
confrontar al diablo sin que

sepamos la Palabra de Dios.

No quiere decir que tengamos que
sabérnosla toda, pero, mire,

podemos confrontar al diablo si
sabemos lo básico: «No hagas».

Y, mire, cuando comenzamos
a tratar de razonar,

«No hagas» es decir:
«Bueno, no deberías».

Eso no es lo que dice:
«No deberías».

sino: «No hagas».

Ahora, ¿acaso Dios está tratando
de privarnos de algo bueno?

¡No!

Está tratando de protegernos
de la auto destrucción.

Entonces ¿qué hace Satanás?

Quiere que caigamos en
discusiones y Cristo solo dijo:

«Escrito está».

Eso lo resuelve,
esto es lo que dijo el Padre.

Además, Satanás usa el engaño
como su arma clave.

Si puede engañarnos sobre
lo que sea, nos tiene.

Piénselo: engañar solo significa
confundir para hacer que

algo parezca lo que
en realidad no es.

Jesucristo dijo que Satanás
es un engañador, y así opera:

Nos engaña para que
lo malo parezca bueno,

mentir no es tan malo,
o narrar una historia.

Hay muchas formas en las que
Satanás trata de engañarnos

y sabe cuándo somos más
vulnerables en cualquier aspecto

de la vida en el cual
decida atacarnos.

Además, quiere crear división.

En donde sea que se elimine
la Palabra de Dios habrá

división y conflicto,
desconfianza y falta de fe.

La Palabra de Dios nos armoniza.

Conocemos la verdad,
la distinguimos del error,

de la mentira.

Queremos seguir a Dios,
eso nos da harmonía,

paz y gozo.

No necesitamos tener todo
lo que quisiéramos en la vida.

Satanás dirá: «Pues
no estás completo sin esto,

aquello y lo otro».

Del mismo modo, podríamos decir:
«Bueno, la Biblia dice que

mi Dios suplirá todo lo que
me falte conforme a sus riquezas

en gloria en Cristo Jesús».

¿Es la verdad o no?

Todo se resume a esto: ¿Es esta
la Palabra de Dios o no?

Es la Palabra del Dios
vivo–verdad de principio a fin.

Y Dios quiere que
vivamos por ella.

Si queremos tener paz, harmonía,
gozo, plenitud, integridad,

seguridad y todo lo demás,
regimos nuestra vida

por la Palabra de Dios.

Fíjese que no dije «feliz»,
porque la felicidad va y viene;

sino la verdad, el gozo,
la piedad.

Dios quiere lo mejor
para nosotros.

Nos ha dado lo mejor,
pero tenemos un enemigo

en el diablo.

y él miente.

Hace su mayor esfuerzo
para dividirnos.

Nos entrampa con mentiras.

Nos dice que la Palabra de Dios
es obsoleta,

que ya no la necesitamos.

Así que o le creemos o no, pero
Satanás crea división porque,

en el fondo,
su meta es destruirnos.

Si Satanás logra que dudemos
de un versículo de la Biblia,

un versículo, tiene un pie en
nuestra vida; porque pasa esto.

Si logra que dudemos,
preste mucha atención, si logra

que dudemos de un versículo,
nos llevará a otro aspecto

de nuestra vida en el cual
nos gustaría desobedecer a Dios;

y llevarnos a pensar:
«Pero eso no es cierto.

Bueno, quizás esto no sea
verdad, después de todo».

Y hace esto, paso a paso hace
que dudemos de esto.

Al cabo de poco tiempo,
dudará esto.

No pasará mucho y estará dudando
la Palabra de Dios.

¡Así de engañoso es él!

Es un mentiroso, un engañador;
y lo único que quiere es que

dudemos de la Palabra de Dios.

Y si dudamos un poquito
de su Palabra, dudaremos más.

Luego sucede esto,
se encontrará haciendo ¿qué?

Sacando versículos bíblicos
de los cuales quiera dudar,

y le diré cuáles serán.

Los aspectos en los que quiera
pecar serán los que querrá dudar

de la verdad de la Biblia.

Satanás es engañoso,
es un mentiroso,

es un engañador.

Tenemos un enemigo.

Mire, todos tenemos
el mismo enemigo.

Él obra del mismo modo en
nuestra mente, cómo pensamos.

Si, si somos salvos
por la gracia de Dios y pensamos

como Él, viviremos en santidad.

Cuando decidimos pensar de otra
forma que no sea como Dios

piensa, nos encontraremos
en problemas,

desobedeciendo a Dios.

Al leer la Palabra de Dios,
es tan clara como el agua.

O la creemos o no la creemos.

Si no la creemos, debemos asumir
la responsabilidad por no creer

todas las grandes y maravillosas
promesas de Dios en la Biblia.

Este es un Libro sagrado, santo,
el Libro de Dios;

o lo creemos o no.

No se trata de creer partes,
sino todo.

Desde Génesis 1.1 hasta el
último versículo de Apocalipsis.

Habla del cielo y el infierno.

Habla del bien y del mal.

Habla de Satanás
y de los ángeles.

Habla de todo
lo que necesitamos hablar.

El asunto no es nada específico.

¿Lo creo o no lo creo?

Satanás le mentirá.

Le dará falso testimonio.

Le engañará.

Hará todo en su poder para
lograr que dude

de la Palabra de Dios.

Pero algo es seguro,
morirá y será juzgado

por la Palabra de Dios.

¿Dónde diría que se encuentra?

¿Ha aceptado a Cristo como
su Salvador personal?

Quizás no lo entienda todo.

Tal vez no entienda todo lo que
pasó en la cruz, puede que no

entienda todo lo que sucedió
en la tumba vacía, pero ¿cree la

verdad de la Palabra de Dios?

Creer en el Señor Jesucristo,
entregándose a Él, y tendrá

el don de la vida eterna.

¿La cree lo suficiente
para guiarse por ella?

Esa es la clave.

¿Cree la Palabra de Dios
lo suficiente para guiarse

por ella?

Cuando conteste esa pregunta,
sabrá si cree o no

la Palabra de Dios.

¿Amén?

Padre, gracias por hacer tu
Palabra tan clara como el agua.

Expusiste al diablo
como el mentiroso que es.

Nos has mostrado al Señor Jesús
para enseñarnos la verdad

que es y que encarna;
y que toda nuestra esperanza,

ayuda y nuestro modo de vivir
están en Él.

Señor, te pido que todo el que
escuche este mensaje reconozca

que un día se presentarán ante
ti, y ahí tendrán la certeza de

que les decías la verdad; pero
para algunos será muy tarde.

Gracias por tu Palabra,
por tu promesa y por el poder

para guiarnos a diario, oramos
en el nombre de Jesús, amén.

[música]